El 27 de abril Estopa volvió a Buenos Aires luego de casi una década y, frente a un Luna Park lleno, los hermanos David y José Manuel Muñoz demostraron por qué conforman una de las agrupaciones españolas más queridas en Argentina.
Texto: Leila Pérez
Foto: Ake Music Productions
Después de casi una década, el público argentino presenció uno de los regresos musicales más esperados de los últimos años. Estopa pisó suelo porteño sabiendo que sus seguidores estarían allí, como siempre, como en cada reclamo ensordecedor que hicieron en sus redes sociales durante todo este tiempo.
El concierto, parte de la Gira 25° Aniversario, tuvo lugar en el Estadio Luna Park, con entradas agotadas justo antes de su inicio. Este espectáculo marcó el cierre de un tour épico por Latinoamérica, donde los españoles desataron un verdadero fenómeno en sus paradas previas al Palacio de los Deportes de Buenos Aires.
El reloj marcaba poco más de las nueve de la noche cuando las luces se apagaron y el público se hizo sentir cual toros antes de salir a una corrida. Sin paralizarse por el frío del sábado otoñal, en la oscuridad tomaron notoriedad miles de vinchas de cuernos diabólicos iluminados, globos de colores brotando de las tribunas, coronas de flores con luces y banderas argentinas personalizadas con el logo de la banda o enseñas españolas.
Con una escenografía sencilla pero con el característico sonido avasallante del Luna Park, los hermanos Muñoz hicieron su entrada triunfal al escenario con “Tu calorro” y “Cacho a cacho”, transportando a todos a los inicios de su carrera y a su disco Estopa (2001). El concierto se desarrolló como un viaje a lo largo de sus 25 años de trayectoria, combinando clásicos con algunas canciones de su último álbum, Estopía (2024). La energía en el mítico recinto de la capital podía sentirse como una mezcla de nostalgia y emoción por ser testigos de un concierto que quedará entre los grandes hitos de la banda.
En uno de los primeros intervalos, David Muñoz contó que conoció este histórico estadio al ver a Joaquín Sabina, y que ahora les tocaba a ellos. “Vaya que hemos recorrido”, analizó con mucha emoción, llevándose los coreos del público. El concierto se dividió en capítulos, que abarcaron desde sus canciones más emblemáticas -como “Por la raja de tu falda”, “Partiendo la pana” o “Ya no me acuerdo”-, hasta sus incursiones en la rumba flamenca -con un medley imperdible-, las baladas más íntimas y el rock más enérgico.
En un momento emocionante, los Muñoz agradecieron el apoyo incondicional que Argentina les dio desde los inicios de Estopa y destacaron la importancia de esta gira por Latinoamérica y el especial significado de cerrarla en Buenos Aires, una ciudad con la que sienten una conexión única.
Cuando el espectáculo comenzaba a ver su final en el horizonte, decidieron interpretar “Pastillas de freno”, pero antes la banda hizo una pausa. “Esta canción va para toda la clase obrera argentina que está atravesando un oscuro momento”, exclamaron, reflejando la sensibilidad y compromiso social que los caracteriza.
El clímax del concierto llegó con las canciones “Vino tinto”, “Ojitos rojos”, “Me quedaré” y “Como camarón”, que hicieron vibrar al estadio en un éxtasis colectivo. Al finalizar la actuación, el estadio se inundó con el coro espontáneo de “Olé, olé, olé, cada día te quiero más / ohh soy de Estopa / es un sentimiento / no puedo parar». Ante la ovación ensordecedora, el dúo regresó al escenario para tomarse fotos con los fans de las primeras filas, sellando así un show inolvidable de casi tres horas, en el que dejaron claro que el amor que existe entre ellos y Argentina es eterno.


