Confinado en la provincia de Buenos Aires, el artista español Muerdo charló en directo con Revista FlipAr a través de Instagram. Contó su perspectiva naturalista acerca de la crisis que vive el planeta por el Coronavirus, describió cómo son sus días en tierras argentinas y adelantó algo sobre su próximo trabajo discográfico.
Texto: Pilar Muñoz
Foto portada: prensa
Al aire libre, con gafas de sol y mate en mano, Pascual Cantero –Muerdo- recibe a Revista FlipAr a través de la pantalla de su móvil. El español, que reside en Buenos Aires desde hace pocos meses, ya parece un argentino más y prepara el mate de manera meticulosa: deja la necesaria “montañita” de yerba seca y no le agrega ni azúcar ni miel ni yuyitos. “Creo que el mate tiene que ser amargo”, se anima a sentenciar.
Por estos días, el parque de la casa familiar de su pareja argentina, en la ciudad de Bragado (provincia de Buenos Aires), funciona como un pulmón verde que le permite mantenerse positivo a pesar del aislamiento. “Antes de que se anunciase la cuarentena obligatoria tuvimos la lucidez de salir de la ciudad y venirnos para acá”, relata, y explica que para él habría sido muy duro el encierro en el departamento que habitan en el barrio porteño de Villa Crespo.
Antes de que se anunciase la cuarentena obligatoria tuvimos la lucidez de salir de la ciudad.
Son las tres de la tarde del domingo y, según cuenta, Muerdo acaba de comer una paella que cocinó para agasajar a la gente con la que está “cuarenteneando”. Sin embargo, aunque cada tanto le guste preparar platos típicos de su país, disfruta mucho de la comida argentina, como el locro, las empanadas –destaca las de carne cortada a cuchillo y las de humita-, el asado –sea carnívoro o vegano-, las pastas y la pizza. “Me encanta la pizza argentina, más que la italiana”, asegura, y describe: “Grasienta, con mucho queso y masa gorda”.
En esa casa del interior de la provincia, el murciano toma sol y hasta riega las plantas de una quinta cercana. “Es una gran terapia seguir en contacto con ese latido de la tierra y estar en conexión con la natura, la gran beneficiada de este parón mundial”, señala. Para él, la tierra es un organismo que tiene la capacidad de autorregularse y que, como nuestro cuerpo, cuando tiene un virus activa sus mecanismos para expulsarlo: “En este caso el virus somos nosotros y lo que está sucediendo es un toque de atención para mantenernos a raya”.
Es una gran terapia seguir en contacto con ese latido de la tierra y estar en conexión con la natura, la gran beneficiada de este parón mundial.
Lo que probablemente más le moleste a Pascual de estos días de introspección es no poder ir al estudio de grabación, al cual iba todos los días para trabajar en su nuevo disco, junto al productor y músico Diego Pérez –quien desde hace quince años lidera el dúo Tonolec junto a la formoseña Charo Bogarín, además de tener su proyecto en solitario llamado Nación Ekeko-.
Según cuenta, Pérez es el encargado de ayudarlo a producir las canciones, a armar las estructuras, los ritmos y las armonías, con un sonido distinto al que él venía proponiendo. “Todos mis discos anteriores son bastante orgánicos, prácticamente no hay instrumentos sintéticos, y tenía ganas de hacer un álbum más moderno en cuanto a lo sonoro”, explica, y agrega: “Con Diego tenemos una conexión muy linda, me gusta mucho cómo mezcla el folklore con la electrónica”.
Tenía ganas de hacer un álbum más moderno en cuanto a lo sonoro.
El hecho de haber tenido que frenar ese trabajo no implica que Muerdo se haya tomado un descanso de la música: durante estas semanas el murciano participó, por ejemplo, de las iniciativas culturales en streaming #YoMeQuedoEnCasa Festival (España) y Festival Antídoto (Argentina).
Sin embargo, cuestiona el hecho de que sus colegas artistas estén obsesionados con seguir produciendo y con transmitir en directo a través de las redes sociales, algo que relaciona con el ego y el miedo a frenar. “Estamos desaprovechando la oportunidad que nos está dando la tierra, el universo nos está diciendo ‘quédate en tu casa y cállate para escucharte’”, asegura, y se pregunta: “¿Qué es lo que tanto tememos de enfrentarnos a la soledad y al silencio?”.
¿Qué es lo que tanto tememos de enfrentarnos a la soledad y al silencio?
Muerdo considera que este es el comienzo de una nueva era, “un portal que se está abriendo”, y no cree que vaya a ser una mera anécdota ni que se vuelva a la normalidad como era entendida. Sostiene que una de las cosas negativas de la pandemia es el control social por parte del estado: “En España están los militares en la calle hace tres semanas y la gente vive en un estado de shock, en estos tiempos estamos viendo el autoritarismo aflorar”.
Su mayor sueño, dice, es a partir de ahora poder vivir de manera más sostenible y consciente: “Sostenible en cuando a poder interactuar con el medio ambiente sin reventarlo, que es el paradigma actual de este capitalismo voraz; y consciente en lo espiritual, que el cambio nos traiga el tiempo para enfrentarnos a nosotros mismos”.
Que el cambio nos traiga el tiempo para enfrentarnos a nosotros mismos.
Antes de cerrar la transmisión en directo, Pascual deja una recomendación literaria para los lectores e instavidentes de Revista FlipAr: “El hombre que se enamoró de la luna”, de Tom Spanbauer. “Está ambientada en el tiempo de la colonización y habla de cómo la moral católica y mormona se fue imponiendo sobre la cosmovisión indígena”, cuenta acerca de esa novela que lo marcó, algo que refleja su compromiso social con las tierras latinoamericanas.
Muerdo adelantó que pronto va a comenzar un programa radial semanal llamado Culturetas e invitó a Revista FlipAr a colaborar y ser parte de ese otro puente hispanoamericano.