El 25 de mayo, Ayax y Prok llegaron por primera vez al Estadio Obras de Buenos Aires. En un show de casi dos horas y media, los raperos granadinos convocaron a una multitud y demostraron que, al final, las fronteras son solo barreras imaginarias.
Texto: Pilar Muñoz
Fotos: Nehuén Silva
Miles de manos se agitan en el aire, cuando Blasfem empieza a hacer sonar uno de sus beats. De repente, la base propuesta por el productor hace una especie de rewinding, las luces se apagan y aparecen los primeros indicios de “De Graná a Maracay”. Ayax y Prok irrumpen en escena con la camiseta albiceleste, la fuerza y las ganas contenidas de varios años sin pisar un escenario argentino. El Estadio Obras estalla en ovación.
Así, durante un feriado patrio, y en uno de los recintos más emblemáticos del rock nacional, el público argentino comienza a sellar un vínculo que viene forjando hace años con dos de los raperos más representativos de España. Y es que, fruto de estos tiempos de apertura, en el Templo del Rock están escribiéndose, también, capítulos fundamentales para la historia del rap hispanohablante.
Hace exactamente dos meses, Kase.O celebraba ahí su disco Kase.O Jazz Magnetism (2011). Y hace exactamente un año, el mismo recinto reunía a algunas de las voces más respetadas del género, en la primera edición de Nación Urbana, un festival que fomenta la unión entre exponentes argentinos y españoles. Prok cerró ese encuentro con un contundente show junto a Homer El Mero Mero; pero faltaba su hermano.
Ahora, los gemelos granadinos retoman en el estadio de Avenida del Libertador su lazo con el público argentino; ese que, lejos de oxidarse, con la pandemia se estrechó y expandió. El dúo había debutado en Buenos Aires en marzo de 2019 con dos fechas en Niceto Club, una sala con capacidad para mil personas, y contó con la bendición de Acru, Duki y Wos, que disfrutaron el show desde el primer piso. Cuatro años después, en Obras, convocaron el doble de gente que en aquel doblete.
Quizás como un guiño a aquel último show en Argentina y señal de que, a pesar del crecimiento, siguen siendo los mismos, el reencuentro empieza -como en 2019- con esa canción de 2018 que comparten con Akapellah. O, quizás, la elección tiene que ver con que hace pocos días se estrenó otra colaboración con el venezolano, “Kurosawa”, adelanto de 16 millas, el disco que Prok sacará con él en pocas horas.
—¿Tú sabes lo que es para nosotros ser el primer grupo de rap de España que consigue tocar en un estadio aquí en Argentina? ¡Muchísimas gracias! —saluda Prok, antes de acompañar a su hermano en “La Góndola”. Durante la noche, se irán alternando los temas de cada uno, en actuaciones conjuntas o individuales, y también esas canciones que publicaron a dúo.
¿Tú sabes lo que es para nosotros ser el primer grupo de rap de España que consigue tocar en un estadio aquí en Argentina? (Prok).
—No sabéis lo que es ir a doce mil kilómetros de tu casa y sentirte en tu casa. Es que no me lo creo… ¡Hemos metido más gente que en mi ciudad! —exclama Ayax con su característico histrionismo, ese que lo ha llevado al mundo de la interpretación y a participar en películas como Hasta el cielo (2020), Rainbow (2022) y Código Emperador (2022). Su teatralidad y su carisma son su marca personal, pero la capacidad de traducir en líneas las emociones más profundas es la que los ha convertido, a él y a su hermano, en una especie de guías o maestros de la vida para quienes escuchan sus canciones.
La oscuridad tiñe gran parte de su obra, con relatos descarnados sobre la calle, los excesos, la desigualdad, las injusticias y el dolor. Sin embargo, en el momento indicado, esa crudeza sirve de espejo y de contención. Lo dice Ayax en “Me hizo fuerte”: “No es solo mi vida, sino otras vidas que trascienden a la mía / Mi poesía es rara, desgarrada / Demasiado sincera en un lugar de hipocresía”. El poder de la música de Ayax y Prok se refleja esta noche en ese cartel que levanta una chavala empoderá desde el vallado: “Adelanté mi última quimioterapia para ver a los gemelos”.
—Llevo dos décadas dedicado a esto, ¿y sabéis cuál es la clave para escribir rap? Observar —revela el rapero y actor para dar pie a “Bukowski”, y más adelante también alentará al público a que escriba—. Os animo a todos a que escribáis, hay que conocerse a uno mismo.
El sentimiento que Ayax y Prok generan en el público argentino se percibe en la respuesta a cada canción. Se suceden algunas incluidas en Le cri de la Rue (2021), el disco más reciente de Prok, y otras de Juglar del Siglo XXI (2022), el último lanzamiento de Ayax, y la gente salta y corea. Aparecen algunas de Rojo y Negro (2018), el primer álbum en solitario de Prok, y otras de Cara y Cruz (2018), el debut discográfico de Ayax, y el público responde igual.
—Es uno de los países más raperos que conozco —se la juega Ayax—. Todos hacéis pogo, agitáis más que diez mil españoles, hermanos.
Argentina es uno de los países más raperos que conozco. Agitáis más que diez mil españoles (Ayax).
En los temas más viejos, esos que salieron en la época en la que cantaban juntos, los asistentes agitan tanto que los gemelos se sorprenden de la vigencia de esas letras. “¡Pero si tiene ocho años!”, exclamarán, luego de que la gente dejara todo en “Mi barrio huele a Widow”, incluido en Albayzín Recopilatorio (2016). Algo similar sucede con “Polizzia”, el tema por el que en 2016 fueron denunciados por presuntas injurias e incitación al odio hacia las autoridades policiales.
—Nos jodieron vivos, hermano. Pasan los años y ya no pisamos el calabozo por lo menos, algo es algo —ironiza siempre lúcido y perspicaz Ayax.
Ese rap old-school, tan característico de los hermanos Pedrosa, se nutre a cada rato de las propuestas de Blasfem, quien los acompaña desde las instrumentales e impregna de eclecticismo su música. En varios temas, el tridente samplea fragmentos de canciones o de películas. “Ese cosquilleo”, por ejemplo, empieza con un diálogo de la multipremiada En busca del destino (1997) –El indomable Will Hunting en España-, filme protagonizado por Matt Damon, Robin Williams y Ben Affleck.
Esos guiños, sumados a las bases más cercanas a otros géneros, dinamizan el show y hacen que el público transite por distintos climas y emociones. De un minuto a otro, Ayax y Prok pueden pasar de las barras más viscerales a las melodías bailables de canciones como “Salgo pa la calle” o “Guajiro”, en las que coquetean con la salsa. Esta noche hasta deslumbran con un remix inédito de esta última, en clave techno.
Sin embargo, la verdadera sorpresa llega cuando logran, por un rato, el silencio y la contemplación del fervoroso público argentino. Se da cuando interpretan a cappella sentidas estrofas de lo que parecen ser adelantos inéditos de su próximo material conjunto. Las que más conmueven son las rimas que Ayax le dedica a su hermano: “Nacimos juntos, moriremos separados, lo he pensado y he llorado, hasta la lluvia me ha calado”.
—Ya tenemos el 40% del disco de Ayax y Prok —aseguran sobre ese álbum prometido en 2020 que, según trascendió, contaría con colaboraciones de Mucho Muchacho y de Kase.O-.
Ya tenemos el 40% del disco de Ayax y Prok.
También se llevan la admiración del público cuando, en medio de “Toblerone”, Ayax lanza “si no me sale la letra hago improvisaciones”, y comienza un inesperado pero aplaudido freestyle, en el que habla del triunfo mundialista de Argentina. El gemelo más extrovertido volverá a mencionar la victoria de la Selección cuando se refiera a su camiseta, esa que lleva las tres estrellas bordadas, regalo de Peter Lanzani.
—Lo conocí en los Premios Goya, cuando Argentina 1985 (2022) se llevó “Mejor Película Internacional” —revela acerca de su reciente amistad con el actor argentino—. Merecíais el Oscar, me hinché de llorar con la película. ¿Sabéis por qué? Porque nosotros no pudimos meter preso a Franco, me cago en sus muertos; y vosotros metisteis preso a Videla.
Prok también cosecha varias amistades con artistas de Argentina, y muchos son invitados al show de Obras. Los primeros en subir al escenario son Lil Troca y Ronpe ‘99, para tocar por primera vez el tema que sacarán con el granadino. Luego es el turno de T&K -un “pedazo de letrista”, según el español-, con quien comparte “El barrio me llama”. Acru -que en 2019 abrió una de las fechas de los Pedrosa en Niceto Club- llega para hacer “Distrito cerrao”; y, finalmente, Homer El Mero Mero aparece en escena con “Pura sangre”.
La fraternidad y el afecto de los gemelos criados en el Albayzín, la calle Elvira, el barrio Comanche hacia Argentina es palpable. Ya en 2018, cuando Prok publicó “Fresas con nata”, con varias referencias al país, se notaba. Por eso, cuando empieza a sonar en Obras la voz de Julio Jaramillo en el tango “No me toquen ese vals”, el sample con el que comienza el exitoso tema del rapero, el estadio explota al unísono: “Si paso por Florida te recuerdo, si paso por Lavalle me es igual, que si estoy en Corrientes, que si estoy en Palermo, en todo Buenos Aires conmigo siempre estás”.
—Esta canción está dedicada a vosotros, familia —dice Prok al finalizar su tema, antes de dar paso a “Zinedine”, uno de su hermano, y otro de las más cantados.
Tras casi dos horas y media de show, este nuevo hito en la carrera de los gemelos más duros de España no podía terminar con canciones en solitario. El “hasta luego” debía ser con una del dúo porque los hermanos sean unidos, esa es la ley primera. Ayax y Prok se despidieron con “Reproches”, la promesa de un pronto regreso y una meta clara: el Luna Park.