Dorian, la banda española liderada por Marc Gili –que cuenta con el argentino Lisandro Montes entre sus filas-, volvió a cantar victoria en un Niceto Club que quedó electrificado frente a su frenético show.
Texto: Leila Pérez
Fotos: Florencia Ibáñez
El pasado jueves por la noche, Niceto Club volvió a envolverse de rojo y amarillo con la llegada de Dorian, una de las agrupaciones españolas que no para de crecer en cada visita que hace a Argentina. Antes de que la banda de Marc Gili apareciera en escena, Marki encendió los motores con un buen repertorio que se robó los aplausos de un público que aprobó su performance.
Veinte minutos habían pasado de las 21 horas cuando Dorian se presentó en el escenario. El beat que marcaba una Belly Hernández enfundada en vinilo hacía vibrar la pista y Marc hizo de inmediato estallar a la gente con un inicio bien potente. “Mundo perdido”, “La isla” y “Los amigos que perdí” encendieron la llama del ritual que despertó una euforia impresionante.
“Dos vidas”, canción que marcó la era de Ritual (2022), su último disco, fue un verdadero momentazo. El público estaba exultante ante el repaso de clásicos con algunos temas no tan retro pero queridos por la gente. “Hasta que salga el sol”, “Noches blancas”, “No dejes que pase el tiempo” y “Duele” hicieron levantar el cartel de temazo entre los presentes.
En uno de los intervalos, también hubo tiempo para el reconocimiento para uno de los integrantes de la banda. Lisandro Montes (sintetizadores, guitarras, arreglos y voces), uno de los Dorian, es oriundo de La Plata (Argentina), y un grupo de conocidos del músico estuvo presente haciéndole el aguante y lo alentó por el nivel presentado en la noche palermitana.
En medio de este contexto de fiesta, Marc hizo una pausa para hablar de los avances de la sociedad respecto a la lucha contra la xenofobia, el machismo y el fascismo, y reflexionó que, pese a que aparezcan nuevas tendencias a favor de estas aberrantes corrientes, el erradicarlas es algo que las nuevas generaciones están llevando bien a cabo.
Tras una ovación de la audiencia, invitó a Belly Hernández a que abandonara los teclados y pasara al frente a cantar “Lento” –una de las canciones donde se muestra la postura sociopolítica que maneja la agrupación-. Luego, “Arrecife”, uno de los himnos más intensos de la banda, fue coreado por la multitud, que no se anduvo con chiquitas y vitoreó con un “olé, olé, olé, olé, Dorian, Dorian”.
Los icónicos éxitos “Verte amanecer”, “Paraísos artificiales” y “A cualquier otra parte” desataron el delirio de quienes siguen a Dorian desde la cantera, para luego anunciar el estreno mundial en vivo de uno de sus últimos lanzamientos, “Techos de cristal”. El público no dejó de bailar en ningún momento del techno pop emblema de esta banda, que lleva años y millas acumuladas, pero que aún parece no tener techo.
Un sueño pop hacía olvidar las distancias entre España y Argentina, para fundirse en una interpretación magnífica.
“Señales” y “La mañana herida” fueron la previa a un final épico. Marc Gili bajó del escenario hacia las vallas que lo separaban del público e inició a capella “La tormenta de arena”, una de las canciones más emblemáticas de Dorian. Las luces intermitentes haciendo juego con el ritmo frenético de uno de los himnos del indie español armaron un clima casi lisérgico. Un sueño pop hacía olvidar las distancias entre España y Argentina, para fundirse en una interpretación magnífica.
Antes del cierre, los silbidos aparecieron para acompañar al bailoteo. “Energía rara” sirvió para bajarle el telón a una noche mágica que tuvo de todo y cumplió con todos los gustos. El ritual de amarre de unos españoles al público argentino salió más que perfecto.