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Fito Páez en Barcelona 2022

Simplemente dar: Fito Páez en Barcelona

El sábado 29 de octubre, Fito Páez celebró en Barcelona los treinta años de El amor después del amor (1992),  ante un Auditori Fòrum colmado.

Texto: Christian Alliana

 

Hay canciones, discos y artistas que marcan vidas y Fito Páez es uno de esos músicos que logró calar hondo en la cultura popular y ser aclamado en cualquier parte del mundo. Una prueba de ello se dio el sábado 29 de octubre, cuando el Auditori Fòrum de Barcelona se vistió de fiesta para celebrar el 30° aniversario de El amor después del amor (1992), su disco más emblemático.

Más de tres mil personas colmaron la capacidad del recinto ubicado en el Parc del Forum para disfrutar en directo de la obra más vendida del rock argentino, que ubicó definitivamente a Páez en el podio de los grandes artistas de Argentina. Apenas pasadas las nueve de la noche, el sampler de la icónica introducción de “El amor después del amor”, con la voz de Fito sonando desde bambalinas, dio comienzo a un concierto que se caracterizó por mantener la emoción a flor de piel de principio a fin.

La primera parte respetó el orden de canciones tal cual fueron grabadas y el rosarino aprovechó para contar algunas historias detrás de estas míticas composiciones. Así fue que cuando llegó el turno de “Pétalo de sal” recordó a Luis Alberto Spinetta por haber creado el arreglo tanguero del tema, mientras que en “Detrás del muro de los lamentos” se mostró deudor de la influencia de la folclorista peruana Chabuca Granda y de su guitarrista argentino, Lucho González.

Escuchar en vivo un álbum del calibre de El amor después del amor toca las fibras más sensibles de cualquier amante de la música. Y así lo sintió el público que, compuesto en su mayoría por latinoamericanos, soltó varias lágrimas en “Brillante sobre el mic” y en “La rueda mágica” –la bandera argentina en las pantallas movilizó a los que “se fueron de casa”-. Por su parte, la banda que acompaña en esta gira a Fito sonó ajustada, respetando los arreglos originales pero, a la vez, dándole un toque moderno a estas clásicas canciones.

Luego de un breve intervalo, la segunda mitad del concierto fue una catarata de hits que resumieron la capacidad que tiene Páez, al igual que su adorado Charly García, de conjugar una música por momentos compleja con un pulso popular que hace que la gente haga propia obras como “Al lado del camino” y “Yo vengo a ofrecer mi corazón” –que contó con la participación del armonicista uruguayo Rodrigo Pahlen-.

Sobre el final, las voces de las tres mil personas se unieron para acompañar el estribillo de “11 y 6” y de “Circo beat”, antes del cierre con “Mariposa tecknicolor”, que encontró al auditorio definitivamente de pie, revoleando sus camperas y brindándole al artista una fiel devoción.

La gira por los treinta años de El amor después del amor no es un acto nostálgico, pues la importancia de la obra es atemporal y no queda supeditada a un momento en concreto. Y mucho menos en el caso de Fito Páez, que podría seguir girando in eternum con este álbum pero que, sin embargo, viene de editar una trilogía discográfica que lo mantiene en continua creación.

Las canciones que sonaron el sábado podrán seguir escuchándose en treinta años más y serán igual de buenas que ahora o que hace tres décadas atrás. Lograr ese peso y esa magnitud no es una tarea sencilla para ningún artista y por ese motivo merece ser celebrada y reconocida. Al fin y al cabo, como lo canta el mismo Fito, todo se trata de “simplemente dar”.