Los días 3, 4 y 5 de diciembre, Nicki Nicole se presentó con localidades agotadas en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, como parte de la gira de Parte de Mí (2021), su segundo disco. FlipAr cubrió la segunda fecha en el mítico recinto de Avenida Corrientes.
Texto: Pilar Muñoz
Fotos: cortesía Lauria Entertainment
Sobre el escenario, Nicki Nicole parece agigantarse. Además de su voz y de su imponente pequeña figura, a la rosarina la distingue su ángel. Es una especie de Gilda posmilénica, que viste prendas oversize y despliega movimientos hip-hoperos. Tiene un carisma comparable al de la icónica cantante tropical y genera en su público un fanatismo similar.
Con aura de estrella, emana un brillo que ilumina cualquier cosa que haga: no importa si es trap, pop, reggae, melódico, cumbia o reggaetón. Su magia radica en la versatilidad, en esa capacidad de imprimir un sello propio a cualquier propuesta musical. Y de eso da cátedra sobre las tablas del Teatro Gran Rex, donde agotó las tres funciones del “Parte de Mí Tour”.
El show empieza con “Colocao”, uno de sus mayores hits, que suma 127 millones de vistas en YouTube. Y la mecha de ese inicio explosivo se mantiene prendida con “Mala Vida”, otro tema popular, que lleva más de un año en plataformas. Todo llevaría a pensar que, al momento de interpretar las canciones nuevas del disco –pasó un mes desde su lanzamiento-, el fervor de la gente se apaciguará. Pero no pasa.
Con el acompañamiento de la virtuosa banda que participó en su Tiny Desk y un gran despliegue de bailarines, Nicki Nicole conserva la chispa del público durante todo el recital. La sala entera bailará y hará los coros de cada uno de los temas, que propondrán distintos climas: del agite y la euforia pop –“Baby”, “Ella no es tuya”, “No toque mi Naik”- se pasará a momentos más tranquilos y reflexivos –“Plegarias”, “Cuando te veo”, “Parte de Mí”-.
Hay varias perlitas, como cuando interpreta “Perdido”, décimo track de Parte de Mí (2021), acompañada por dos parejas que bailan tango –una joven y otra mayor-, y le dedica el cuadro a su abuelo. O cuando canta “Me has dejado”, su colaboración con Delaossa, con palmas bien flamencas y respaldada por la imagen del rapero malagueño en la pantalla.
Entre temas, Nicki Nicole agradece el apoyo e interactúa con su gente. Y el feedback no queda en las palabras. En “Otra noche” –la cumbia que sacó con el grupo mexicano Los Ángeles Azules-, invita a una chica de la primera fila a subirse al escenario. “Pero tenés que tirarte unos pasos”, le advierte. Sin embargo, la afortunada queda casi paralizada por la emoción: solo llora y abraza a su ídola. Lo mismo le pasa al nene que sube en “Wapo Traketero”.
El súmmum de la noche llega al acercarse el final, con dos invitados de lujo. Suenan los primeros acordes de “YaMeFui”, aparece Duki, y el teatro explota en una ovación. “Gracias por bancarme desde que saqué mi primera canción”, le dice. Unos minutos más tarde, será Trueno quien se sume a la escena, para interpretar con su colega y pareja la ya icónica “Mamichula”, y coronar un espectáculo cargado de emoción.