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Leiva Gran Rex

Leiva en el Teatro Gran Rex: El público argentino lleva puesta la camiseta de Miguel Conejo

Leiva volvió a Argentina después de tres años y, el sábado 3 de diciembre, marcó un hito en su carrera y en su vínculo con el país. El cantautor español tocó en el icónico Teatro Gran Rex de Buenos Aires, donde presentó Cuando te muerdes el labio (2021).

Texto: Pilar Muñoz
Fotos: Joaco Divito – Gonna Go

ACLARACIÓN: La siguiente no es una reseña musical. Es la crónica de un momento que sintetiza el fuerte intercambio cultural entre un español que lleva media vida visitando Argentina y los cultores locales que se ha ganado, uno a uno, en casi dos décadas de amor correspondido.

En el microcentro porteño, el pueblo se funde en un abrazo colectivo alrededor del obelisco. Familias, amigos y vecinos celebran entre arlequines y banderas, choripanes y cervezas, bocinazos y vuvuzelas. A Leiva, un madrileño con corazón albiceleste, no le pudo haber tocado un sábado más cargado de simbolismo. A la tarde, la Selección le ganó a Australia en octavos de final y está un paso más cerca del sueño mundialista.

A pocos metros de esa 9 de Julio teñida de celeste y blanco, el cantante español comparte el sentimiento popular y absorbe la energía positiva que se respira en Buenos Aires y en toda la Argentina. Que su regreso a los escenarios locales coincida con una fecha tan importante tiene una mística especial, que lo acompañará durante toda la noche en la Avenida Corrientes, durante su primer show en el Gran Rex.

—Antes que nada, deciros que qué regalo tenéis en la vida con Lionel, madre mía. Tenéis un alma de equipo que es imbatible. Aguante Argentina, ¡ojalá suceda! —saluda Leiva después del sexto tema sobre el icónico escenario, reconociéndose fan de Messi, y enseña el amuleto que lleva colgado para dar suerte a la Selección del país que considera su segunda casa: un dije de plata que replica el botín de Maradona.

Hoy lo acompaña la numerosa Leiband con una reciente incorporación, que juega de local: Esmeralda Escalante. Esta argentina de voz angelada y actitud desenvuelta, interpreta las contrapartes femeninas de las canciones de Cuando te muerdes el labio (2021), el quinto álbum del madrileño, que reúne catorce colaboraciones con colegas mujeres. Y no solo eso: la porteña también abre cada fecha de la gira con un show de Ainda, el dúo que integra junto a Yago Escrivá.

El inicio de este reencuentro de Leiva con el público argentino se llena de matices y emociones, con una seguidilla de temas correspondientes a distintas etapas de su carrera: “Terriblemente cruel” (Pólvora, 2014), “La lluvia en los zapatos” (Monstruos, 2016), “Infinitos” (Cuando te muerdes el labio, 2021), “Animales” (Animales, 2005 –tercer disco de Pereza-), “Guerra mundial” (Monstruos) y “Lobos” (Nuclear, 2019).

El público, enardecido, emocionado y contemplativo en partes iguales, corea, aplaude, inicia cánticos tribuneros y agita como hizo durante toda la tarde por el triunfo de la Scaloneta. Lo interesante es que, a diferencia de lo que sucede adentro de la cancha, en esta sala agotada no importan los colores ni las fronteras. El poder universal de la música y las letras sanadoras de Leiva hacen que los más de tres mil asistentes le guarden un sentimiento fraternal a alguien que difiere en acento y nacionalidad.

Tres años pasaron desde su última visita a la tierra de Andrés, Fito, Pappo y Charly. Por entonces, durante la presentación de Nuclear (2019) en Museum Live, quizás ni se imaginaba que, luego de una pandemia que trastocaría algunos de sus planes, llegaría su primer show en el tradicional teatro de Avenida Corrientes. Sin embargo, su carrera en el país, tan orgánica y escalonada como ambiciosa, parecía indicar que le esperaba algo más grande, que ese sería el próximo paso natural.

—La primera vez que vine a Buenos Aires fue hace muchos años, a grabar a un estudio que se llamaba Del Cielito —relata en relación a Laboratorio Ñ, aquella convivencia creativa que se hizo en el barrio de Parque Leloir entre músicos argentinos y españoles—. Yo tenía 23 años y hoy tengo 42. Hace 19 años que vengo aquí a tocar, ¡la mitad de mi vida!

Con Pereza, el exitoso dúo pop-rock que integró con Rubén Pozo entre 2001 y 2011, su nombre empezó a resonar entre los cultores locales del rock más stoniano. En esas primeras visitas al país, al lado de bandas como Ratones Paranoicos o La Mancha de Rolando, Leiva conoció la pasión desmedida del público argentino por el rock y, en especial, por todo artista que simpatizara con Sus Majestades Satánicas.

—Estuve tocando en todos los clubs, teloneando a bandas, Trastienda, Niceto, Vorterix, Ópera, Museum… Y siempre vine aquí de espectador, a ver a mis bandas favoritas —dice en relación a este hito que quedará marcado en su memoria—. Nunca osé soñar que tocaría aquí, y ha sucedido. ¡Gracias por acompañarme siempre!

En ese recorrido fue nutriendo su número de seguidores, que hoy llenan un Gran Rex. Algunos lo habrán conocido tocando en los que en España dirían garitos. Otros fanáticos habrán llegado a él, más recientemente, gracias a Internet. Sin embargo, Miguel Conejo no es un entusiasta de la tecnología y mantiene su cotidianeidad alejada de las redes sociales. Uno de los momentos más destacados de la noche, de hecho, es cuando invita a disfrutar de un tema entero sin que medien las pantallas.

—Es la experiencia más alucinante que se puede vivir hoy: durante tres minutos y medio, escuchar una canción a tiempo real y guardar el teléfono en el bolsillo. Os prometo que merece la pena —sugiere antes de regalar una exquisita versión de “Vis a vis” (Diciembre, 2012), pieza que suele tocar en clave acústica.

En el vaivén constante entre los temas de sus cinco discos de estudio solistas y algunas joyitas de Pereza, se desarrolla este encuentro argentino/español que deja momentos para el recuerdo, como los minutos que Leiva comparte sobre el escenario con Mateo Sujatovich de Conociendo Rusia.

—Si hubiésemos coincidido en generación y en barrio, habríamos tenido una banda — dice antes de presentar al “Ruso”, con quien colabora en “Mundo de cristal”, aunque esta noche lo invitará a su “Godzilla”—. Se generó una hermandad muy rápido y últimamente hemos hecho juntos una cosa muy bonita, que ya os contaremos. Es un tipo que admiro, que quiero profundamente, en el que creo.

Símbolo de la histórica sinergia entre la escena del rock argentino y el español, la participación de Sujatovich es aplaudida por el público y resulta la dosis justa de invitaciones. Leiva, como ha declarado recientemente, no es de la idea de que un show se convierta en “un desfile de colaboraciones” porque esos vaivenes de voces, de entradas y salidas, alteran el ritmo y producen un quiebre en el devenir del espectáculo.

Tras dos horas de un ida y vuelta constante, de una retroalimentación de energía que fluye natural entre artista y público, Leiva se despide de su fiel auditorio con la promesa de volver el año que viene y el pie para un último lujo de este primer Gran Rex: la infaltable y querida “Lady Madrid” (Aviones, 2009).

—Siempre estará esta noche en nuestro corazón. ¡Muchísimas gracias, Buenos Aires querido! Gracias por ser de mi equipo y llevar la camiseta puesta.