Mateo “Ruso” Sujatovich charló con Revista FlipAr acerca de la primera gira española de Conociendo Rusia y su relación con el país ibérico. También reveló cómo será su próximo disco –el cual está terminando de grabar- y su visión del actual panorama musical. Mira el video:
Texto: Pilar Muñoz
Mateo Sujatovich entraba en la pre-adolescencia cuando sus padres decidieron dejar Buenos Aires y mudarse a Madrid, para comenzar una nueva vida en el viejo continente. Corría el año 2003 y, recuerda, la de entonces era “una Argentina muy complicada”. Para su hermana Luna y para él, que rozaba los doce años, fue una experiencia fuerte pero enriquecedora.
En clase, el Ruso –apodo que heredó de su padre, Leo Sujatovich, teclista de Spinetta Jade- pasó de ser un pibe más a ser “el que es distinto porque es argentino y habla diferente”. Tuvo que volver a hacer amigos, enfrentarse a la nostalgia y adaptarse a otra cultura.
Los tres años que vivió en España marcaron un hito en su vida y le abrieron varios caminos. “Llegué de un modo y me fui siendo otra persona”, asegura. En la capital española, Mateo Sujatovich tuvo, por ejemplo, la oportunidad de probarse en el Real Madrid y acercarse un poco al sueño de ser futbolista.
A España llegué de un modo y me fui siendo otra persona.
Sin embargo, fue el interés por la música el que se despertó a diez mil kilómetros de casa. Según cuenta, por ese entonces empezó a aprender a tocar la guitarra y a conectarse con la música de su país. Estando lejos de su patria, el Ruso escuchaba los discos de rock progresivo y jazz fusión de Invisible y de La Máquina de Hacer Pájaros.
De todos modos, también estaba atento a lo que sonaba en las radios españolas, donde rotaban las canciones de El Canto del Loco, de Coti, de La Oreja de Van Gogh y de Pereza. Desde ese momento, flipó con el estilo de Leiva, uno de los músicos de ese dúo madrileño que la petaba (la rompía) en los tempranos dos mil.
Hoy, Mateo Sujatovich es uno de los referentes del rock argentino actual y, con solo tres años de historia, Conociendo Rusia, su proyecto musical, es una de las bandas más fuertes del panorama. Su disco debut homónimo salió en 2018 y ya auguraba un buen futuro. Al año siguiente, Cabildo y Juramento (2019) terminó de consolidarlo.
“Es una popularidad linda, tranquila, la disfruto”, sostiene desde el estudio de grabación en el que está terminando su tercer disco. Sin embargo, revela que por momentos se pregunta por qué le va tan bien, por qué su música tiene esa repercusión en el público: “Hay un cierto grado de magia”.
Es en ese sentido que, en una de las canciones que compuso en plena cuarentena, “Mundo de cristal”, el Ruso repite: “¿Por qué será que estoy de moda?”. Es un tema que refleja ese componente mágico del que hablaba antes: en él participa Leiva, ese cantante que quince años atrás escuchaba en Madrid.
Si bien no lo conocía personalmente, al argentino no dudó en contactarlo. “Me dieron ganas de compartírsela, hacía rato que quería invitarlo”, señala, y cuenta que trabajaron la canción a distancia: “Hicimos una muy buena yunta, pudimos hablar un buen rato por Zoom y ahora nos vamos a poder encontrar”.
Con Leiva hicimos una muy buena yunta, pudimos hablar un buen rato por Zoom y ahora nos vamos a poder encontrar.
Es que Mateo volverá con su guitarra a la que considera su segunda casa. Durante la primera quincena de julio, quizás la más fuerte del verano español, Conociendo Rusia recorrerá salas de Sevilla, Barcelona, Valencia, Madrid y Mallorca, en su primera gira internacional. Así, su círculo con la música parece cerrarse para volver a empezar.
Si bien no existen fórmulas, una de las claves de su éxito seguramente sea la autenticidad e integridad artística del proyecto. En un momento en el que la música urbana domina la escena, Conociendo Rusia sigue apostando por sonidos clásicos, retoma las raíces del rock nacional y propone una visión renovada del género.
“A mí me gusta la música que está tocada con instrumentos, aprendí a hacer música con una guitarra, entonces me tira por ahí”, señala el Ruso, aunque celebra la diversidad y respeta el estilo más vertiginoso de los referentes urbanos: “Muchos de los traperos tienen veinte años y a esa edad querés romper todo, cuando sos un poco más grande, algunos cambios bajaron y vivís de otro modo”.
Asimismo, confiesa que le gusta estar en contacto con la sorpresa, abierto a lo desconocido, y que no descarta en un futuro probar otro estilo: “Si en algún momento me dan ganas de hacer algo distinto lo haré, pero por ahora lo único que sé es que estoy haciendo un disco lleno de guitarras eléctricas, batería y cuerdas”. Su lanzamiento más reciente, “El enemigo”, es un buen adelanto de esa esencia rockera.
Si en algún momento me dan ganas de hacer algo distinto lo haré, pero ahora estoy haciendo un disco lleno de guitarras eléctricas.