Los Intrusos del Savoy es una de las bandas emergentes más resonantes de la escena rockera española. Tras el lanzamiento de “Tu calor deja tan frío”, adelanto de su segundo disco de estudio, charlamos con su guitarrista y co-fundador, Lucas Bauer, un músico argentino que vive en España desde 2006.
Texto: Pilar Muñoz
Lucas Bauer llegó a España en 2006, en plena adolescencia, pero ya se había despedido de su Buenos Aires natal varios años antes, cuando su familia decidió mudarse a Florencia, Italia. Experimentado en lo que es cambiar de hogar, de ciudad y a veces hasta de idioma, vivió en Palma de Mallorca, en Sevilla y, finalmente, se radicó en Salamanca, donde comenzaría a trazar su camino definitivo hacia la música.
De chico tuvo un acercamiento a ese mundo gracias a su familia y, en especial, a una tía, profesora de piano, que infundió en él el amor por ese instrumento. Sin embargo, tener un piano en casa era costoso. “Entonces agarré la guitarra de mi madre y aprendí con la ayuda de un vecino, que me enseñó a poner los dedos en el mástil y, poquito a poco, empecé”, recuerda hoy.
Ya en Salamanca, Lucas se anotó en la carrera de Musicología y fue en las aulas de la Facultad donde, hacia 2014, conoció a Sergio Bengoechea, con quien enseguida hubo buena onda y entendieron que debían verse después de clase para comprobar si la afinidad también era artística: “Fui a su casa con la guitarra y ese fue nuestro primer encuentro musical, la primera vez que intercambiamos acordes e hicimos música”.
Lucas encontraba en Sergio la templanza y la tranquilidad que quizás a él le faltaba. “Y yo tengo algo que él no, que es la sangre, la energía; creo que ese opuesto fue la atracción”, asegura el guitarrista. Así, de a poco, empezaron a armar un repertorio de temas que les gustaban y a montar un grupo, Disparen al panda, con el que se presentaban cada miércoles y jueves en un bar local y organizan su jam session.
Ese proyecto de versiones, en el que Sergio aportaba la voz y Lucas la guitarra, lograba su cometido, que era el de “amenizar las noches estudiantiles de Salamanca”. Sin embargo, tras dos años de tocar juntos, los músicos empezaron a fantasear con la idea de hacer sus propias canciones.
Así, fundar Los Intrusos del Savoy fue el paso natural que vendría luego de tantos conciertos en el under del noroeste español. A ellos se sumó, en su momento, Santi Marín (batería), y en la actualidad la formación estable se completa con Nacho Vizcay (bajo) y Jorge Hidalgo (teclados).
—¿Cuál es la cuota de “argentinidad” que seguramente le aportás al grupo?
—Yo nunca perdí ni el acento ni las costumbres. Ellos conviven con este argentino que intenta aportar todo lo que quizás desconozcan de la música argentina. Para mí la música argentina es súper importante, tenemos una cultura musical amplísima. Sigo descubriendo cosas y mantengo el contacto con músicos de allá que me siguen enseñando, porque estando afuera te perdés muchas cosas. Los chicos no toman mate pero escuchan mis discos y ellos mismos son los que se interesan y preguntan.
Sigo descubriendo cosas y mantengo el contacto con músicos de Argentina que me siguen enseñando, porque estando afuera te perdés muchas cosas.
—¿Cuáles son los principales referentes artísticos de Los Intrusos del Savoy?
—Tenemos gustos distintos en cuanto a estilos. A mí me encanta la música de raíces americanas, Sergio es muy de la música de cantautor, Santiago del funky, Nacho y Jorge aman el jazz. Pero todas las influencias suman a la hora de hacer las canciones y, evidentemente, encontramos algo en común en este rock que hacemos.
—¿Y en qué se nota la influencia argentina?
—En el grupo hay detalles que son más de la música argentina que del rock español. Por ejemplo, las melodías cantables, como de cancha de fútbol. Además, a todos nos han marcado Soda Stereo, Patricio Rey, la faceta solista del Indio Solari, Ratones Paranoicos, Fito Páez, Charly García, Pappo… Al principio, en la banda había un saxofonista y queríamos destacar el saxo; en el primer álbum creo que lo hemos conseguido. Escuchábamos a Los Redondos, los saxos de Sergio Dawi y Willy Crook, y su influencia es latente: el setenta por ciento de los temas tiene esas melodías.
Los Intrusos del Savoy se mueve en el circuito underground de España y es una banda que “se lo curra” para cada lanzamiento, sin ayuda de ninguna mega discográfica. Sin embargo, a lo largo de estos seis años, y tras participar en certámenes destinados a grupos emergentes, ha contado con el apoyo de algunas marcas importantes.
La banda cumplía apenas dos años cuando ganó un concurso organizado por Mahou, lo que le permitió hacer una gira de más de setenta conciertos por todo el país y así lograr una mayor proyección. Al poco tiempo, en 2018, Ballantines le permitiría telonear y girar con el guitarrista británico Laurence Jones.
—En 2017, seguramente con mucho esfuerzo y dedicación, lanzaron A la deriva, su disco debut. ¿Qué recuerdos tenés de ese viaje a Palma de Mallorca, esta vez en grupo, para grabar el primer álbum de Los Intrusos del Savoy?
—Ha sido una experiencia preciosa, el primer viaje que hicimos como banda. Nos tomamos un avión para irnos al estudio de Jordi Tugores, con quien yo ya había trabajado cuando vivía en Palma. Por un tema de logística, también nos venía bien contar con músicos invitados, como Roberto Galli, armonicista argentino que vive en Palma desde hace más de quince años, y que es un gran amigo. También participó el argentino Fernando Casali, en teclados, y Martín Santisteban y Leandro, como bajistas.
—Ese año viajaron a la capital para grabar el videoclip de “Me salvas”, y Santi decía: “Madrid es una selva pero nosotros somos más animales”. Ahora llevan varios años radicados ahí, ¿cómo tomaron la decisión y qué cambios significó?
—Entendimos que, tras haber hecho lo de Mahou y bastantes conciertos por España, si queríamos despegar teníamos que estar en la capital. Luego del videoclip vinimos a hacer dos shows y cuando terminamos la gira tomamos la decisión de mudarnos. Creíamos que era un paso necesario para evolucionar y crecer como grupo, era el lugar donde teníamos que estar. Llevamos ya cuatro años y estamos encantados, a mí me hace acordar a Buenos Aires en muchas cosas, la vida que tiene es espectacular.
Mudarnos a Madrid era un paso necesario para evolucionar y crecer como grupo, era el lugar donde teníamos que estar.
—Y ahora ya están por sacar su segundo material de estudio, Para siempre, que llevan algunos años trabajándolo. ¿Cómo fue ese proceso?
—Lo empezamos a trabajar en 2018 con nuestro productor de Mallorca, pero esta vez lo trajimos a él a Madrid. Apoyados por Mahou, comenzamos a maquetar este segundo trabajo y, a través de Julián Kanevsky, entramos en contacto con Cristian Chiloé, reconocido productor y baterista (Tequila, Lichis, Manuel Carrasco). Le presentamos la maqueta y se interesó en el proyecto, así que decidimos grabar el disco en su estudio. Fue un proceso largo, pero estamos muy contentos con el resultado. Tuvimos el enorme privilegio de contar con la participación de Julián Kanevsky y de Andrés Martín, un compositor de cámara.
—¿Cómo describirías la evolución de Los Intrusos del Savoy del primer al segundo disco?
—Es evidente que la banda ha madurado muchísimo, tanto musical como personalmente. Hemos hecho un trabajo muy importante a nivel individual, y ya son muchos años tocando; eso se refleja en las nuevas canciones. Ya pudieron escuchar tres adelantos: “Perdido en la ciudad”, “Abriendo caminos” y “Tu calor deja tan frío”. Y también regalamos una versión acústica de “Para ya”. Nos gusta muchísimo la música americana y creo que en este disco se va a apreciar. Serán diez canciones nuevas con letras sinceras, a corazón abierto, baterías muy potentes y guitarras rockeras.
Para siempre serán diez canciones nuevas con letras sinceras, a corazón abierto, baterías muy potentes y guitarras rockeras.
—¿Cómo se imaginan la presentación del próximo material, en un contexto tan difícil y tan distinto al del lanzamiento de A la deriva?
—Hay muchísima incertidumbre. Nadie sabe cuándo vamos a salir de esta y hacer shows con aforo completo. Teníamos muchos conciertos programados que se han pospuesto, incluso una presentación en México. Santiago, Sergio y yo vivimos juntos en una casa grande, tenemos acondicionado nuestro espacio de ensayo, y lo aprovechamos para estar en forma. Ensayamos cada día, como hacían Los Rodríguez en los noventa, cuando llegó Andrés. Les copiamos el modelo. Seguimos ensayando y componiendo porque somos optimistas, esto en algún momento tendrá que parar y volveremos a la normalidad.
—¿Está la idea de presentarlo en Buenos Aires?
—Nos encantaría. Sobre todo a mí, me haría muchísima ilusión llevar a los chicos a mi tierra, que la conozcan, y poder tocar allá. No tenemos en la cabeza la idea de hacerlo mañana, pero tampoco teníamos lo de México: surgió y vamos a ir. Ojalá que se dé muy pronto, para mí sería un sueño y creo que para los chicos también. Somos un país con una cultura musical enorme, tocar allá sería todo un reto, muy emocionante.
Nos encantaría tocar en Buenos Aires, sería todo un reto, muy emocionante.