El domingo 1 de mayo, Nathy Peluso hizo su primera parada argentina del Calambre Tour, durante la segunda jornada de Quilmes Rock 2022, en Tecnópolis.
Texto: Pilar Muñoz
Fotos: Nehuén Silva
Ver y escuchar a Nathy Peluso en Quilmes Rock 2022 fue, como dicen en España, una puta locura. El domingo 1 de mayo, durante la segunda jornada del histórico festival argentino, su entrada a Tecnópolis con “Celebré” fue tan explosiva como cautivante. Si su talento y su carisma atraviesan y generan magnetismo a través de cualquier pantalla, su fuerza arriba del escenario es un “gancho” directo al corazón.
Nathy parece haber llegado de otro planeta, con un entendimiento distinto de las tablas y de la vida. Y su estado y destreza física es superior: hace un espectáculo en el que sus movimientos, que van mutando de lo sensual a lo estrambótico a cada rato, están justo a la par de su hipnótica voz.
Una increíble versión del primer track de Calambre (2020) sirvió para muchas personas como primer contacto con su música en directo, lo que popularmente se diría “un viaje de ida”. Para otras, que ya habían ido a alguno de sus shows, fue la materialización del esperado regreso de la artista argentina radicada en España –no visitaba su país de nacimiento desde 2019, cuando viajó para el Festival Nuestro-.
Lo que empezó encendido siguió todavía más arriba con “Sana Sana”, en el que Nathy desplegó todas sus dotes interpretativas con una fuerza arrolladora y hasta algún potente twerk. Pero su repertorio es tan ecléctico que el hip-hip-hoppa después dio lugar a “Buenos Aires”, ese R&B que para el público argentino –y en esta fecha en particular- cobró un sentido especial.
Se fueron sucediendo así todos los hits que en estos últimos dos años cruzaron el Atlántico a través de Internet y que el público local necesitaba gozar en vivo. “Ateo” –la bachata que sacó con C Tangana- y “Mafiosa” –la salsa con la que el año pasado mostró su faceta más empoderada- provocaron irresistibles ganas de bailar. La “BZRP Music Sessions #36” y “Business woman” fueron coreados como himnos modernos.
Nathy Peluso es tan talentosa que puede fluir por cualquier género sin que eso genere ruido. De la contundencia del rap al ambiente chill del rhythm and blues sin escalas, la parada del Calambre Tour en Buenos Aires se vivió de manera eufórica y al borde del quiebre emocional, con la certeza de se estaba viendo a un ícono que quedará marcado en la historia de la música.