Rayden, el cantante que atravesó la escena urbana para ser una de las estrellas más respetadas de la música española, regresa a Argentina para despedirse de sus fanáticos locales.
Texto: Leila Pérez
Si hay algo que Rayden ha demostrado en sus más de dos décadas de trayectoria es que su don de la palabra es poderoso. “He tardado tanto en venir pero os hago una promesa: Buenos Aires, quiero que nos volvamos a ver”, dijo durante su debut en Argentina, en octubre pasado, en Niceto Club. Efectivamente va a cumplir con su buen augurio, el próximo viernes 6 de octubre, en el mismo venue porteño.
Este año, la palabra clave que resuena en cada concierto de Rayden es “adiós”. El versátil artista español ha anunciado su gira despedida y esta lo trae nuevamente a la ciudad porteña como broche de oro de una carrera que lo ha tenido todo, pero a la cual ha decido ponerle parate priorizando su vida personal y otra faceta artística igual de exitosa que la musical. Como si fuera poca la emoción por su vuelta, el 7 de octubre también tendrá su importancia ya que es uno de los artistas de la grilla del Festival Bandera, en Rosario.
El rumbo de este respetado representante de la escena urbana hoy toma caminos diferentes a lo que es su actualidad. Tras el lanzamiento de La Victoria Imposible (2023), su último disco, Rayden comunicó a su público que dejará la música para dedicarse a la escritura –en enero publicó su primera novela, El acercamiento de la mujer cactus y el hombre globo (2023)- y a pasar el tiempo en familia. “No quiero volver a tirarme 20 días lejos de mi hijo en mi vida. No quiero pasar tanto tiempo fuera de mi casa. Nada es tan importante, ni nosotros somos tan importantes”, declaró en una entrevista previo a anunciar su retiro.
Con las frases justas, con letras que calan hondo en quienes lo escuchan y siguen incondicionalmente, con su manera de ser que lo ha llevado a convertirse uno de los artistas más consagrados y buscados por colegas de todo el espectro de la música española, David Martínez Álvarez, Rayden, va a despedirse de sus fanáticos argentinos habiendo dejado el corazón en cada canción.