Tras participar de la 32° edición del evento catalán Mercat de Música Viva de Vic, la argentina Agnes Simon –Femigangsta- charló con Revista FlipAr. Habló de sus comienzos en redes sociales, del sacrificado camino de la independencia artística, de los ridículos mandatos de belleza y del deseo de llevar su música a España.
Texto: Pilar Muñoz
Femigangsta es una artista y abogada argentina que, en el último tiempo, dejó de lado la Constitución para transmitir mensajes, a través del arte, que invitan a repensar lo establecido. En una escena en la que parece haber mucho copy & paste, se destaca por ser una referente de la música urbana que aporta a la industria algo de contenido y reflexión.
Femigangsta es Agnes Simon, y su popularidad se dio a través de Instagram, donde hace no muchos años comenzó a publicar videos en los que rapeaba con desenvoltura, compromiso y una buena dosis de humor sobre temas sociales. Muchas veces, también se colaban en los posteos sus apuntes de Derecho, carrera que estudiaba en la Universidad de Buenos Aires mientras sus seguidores crecían de manera exponencial.
—¿Te acordás cuál fue tu primer video que se viralizó y que te hizo caer en la cuenta de que lo que estabas haciendo le gustaba a la gente?
—Uno fue el primero que hice usando una base de hip hop, en el que les avisaba a todos que estaba bien y que si no aparecía era porque estaba llevando muchas causas en el práctico de Derecho. El otro, “El hitazo del invierno”, una canción medio en chiste/medio en serio sobre el gobierno de Mauricio Macri.
—¿Y cómo fue la recepción de ese video, en un momento en el que una gran parte de la sociedad estaba tan enojada con el ex presidente?
—Al día de hoy, es una canción que la gente recuerda e, incluso, fue parte de mi repertorio cuando recién comenzaba a subirme a los escenarios. Era muy divertido y extraño ver que la mayoría la sabía. Lo que más me sorprendía era que el público más adulto se sintiera convocado con algo que para mí era un chiste en redes sociales. Me ayudó mucho a hacer la transición del humor a las canciones que hago hoy, que ya no son un chiste y que me permiten sonar en festivales y en espacios soñados.
Me sorprendía que el público más adulto se sintiera convocado con algo que para mí era un chiste en redes sociales.
—Al entrar Femigangsta en la industria musical, ¿tuviste que resignar algo de esa naturalidad que tenías haciendo videos en la comodidad de tu casa, para empezar a planificar más?
—Siempre que intenté planificar para difundir algún single, terminaba matando la organicidad del ida y vuelta natural con el público. A la gente que te sigue le gusta lo que hacés cuando está tu impronta, y la mía es la espontaneidad y lo relajado. A veces resulta difícil complacer porque estás en un momento en el que centraste tu carrera en la música, y un gran sector extraña el humor. Para ese sector tengo un proyecto 2021, mientras tanto siempre trato de ofrecer lo más real que se pueda. Siguen presentes los temas de actualidad, pero quizás en otro lenguaje.
A Femigangsta no le cuesta hablar en plural –“la que se lleva las flores soy yo pero hay un grupo detrás”- ni se le caen los anillos al momento de contar los sacrificios que hace un artista emergente para lanzar su material de manera autogestiva. En ese sentido, revela: “En general lo que ganamos se reinvierte en mejorar la calidad de lo que hacemos en todas las áreas; ser artista independiente demanda un esfuerzo”.
—Apenas dos años después de haberte hecho conocida en redes sociales, lograste posicionarte como una referente dentro de la nueva escena musical, y lo hiciste sin el apoyo de grandes discográficas. ¿Cómo llevas esa independencia?
—Hacer el video de “Canceladx” –el último single que sacamos- en un contexto en el que nuestros ingresos se vieron tan disminuidos, por ejemplo, implicó vender algunas cosas para asegurarse de que todos fuesen bien pagos. No me da vergüenza decirlo, porque el crecimiento de mi proyecto lo vivo desde otro lugar, trabajando con gente que amo, haciendo algo que me importa, poniendo todo lo que tengo en pos de dar lo mejor que pueda dar hoy. Si el día de mañana hay dinero o apoyo, genial, pero yo no dejo que esa sea ni la ambición ni el impedimento.
Si el día de mañana hay dinero o apoyo, genial, pero yo no dejo que esa sea ni la ambición ni el impedimento.
—¿Cómo está compuesto el equipo de Femigangsta?
—Somos Ale (manager) y yo, y amigos y familia. Sabemos lo que es armar algo con esfuerzo y artesanía, y siento que valorás todo desde otro lugar cuando atravesaste ciertas cosas. Me alegra no tener nada que haya llovido de arriba. Me sirvió tener números en redes sociales, seguro, pero todo lo que fue sucediendo con la música lo trabajamos con mucha humildad y ganas de hacer, conquistando espacios, tocando en todos los lugares que puedas imaginar.
En el video de “Canceladx”, su último sencillo, la cara de Agnes Simon aparece como si estuviera desfigurada por el botox. Mediante la exageración de esos modelos de perfección, personifica el mandato hegemónico que produce en muchos jóvenes ansiedad, angustia y miedo a ser excluidos. Femigangsta no tiene reparos a la hora de burlarse de esas presiones ridículas que tanto ahogan.
—Haber hecho un tema con tanta ironía hacia las imposiciones de los medios de comunicación y de la industria de la moda, habla de un gran espíritu crítico. ¿Siempre existió esa fortaleza en tu autovaloración o fue algo en lo que trabajaste?
—Es muy difícil no ser partícipe de ese ciclo tortuoso de compra-venta de belleza y perfección, porque en definitiva todxs buscamos aceptación. Cuando escribí la canción traté de describir lo más fielmente posible mi situación, porque sabía que muchas estaban en la misma: sin ánimos para cumplir con esa fabricación de “la mejor versión de una misma” para mostrar en redes sociales. Mi cuarentena fue en gran parte estar muy muy triste, sentir que no existía si no tenía algo para mostrarle a la gente (presión ridícula que una se impone), compararme en pijama y sin haberme duchado en cuarenta y ocho horas con chicas absolutamente idénticas (mismo filtro), que parecían inmunes a lo que le estaba pasando al mundo.
Cuando escribí “Canceladx” sabía que muchas estábamos en la misma: sin ánimos para cumplir con esa fabricación de “la mejor versión de una misma”.
—¿Y cómo te imaginás la realidad del día a día de esas chicas que en redes parecen estar siempre impecables?
—Sé que no son inmunes y que están haciendo su esfuerzo descomunal por mostrarse de la forma “correcta”. No hay felicidad detrás de eso, hay chicas gastando tiempo, energía y dinero en función de algo que las aprisiona y que tampoco las hace felices, y que sirve para que otros ganen dinero. Yo soy víctima y victimaria, y creo que todas lo somos en mayor o menor proporción. Es muy difícil romper con este ciclo pero podemos recordarnos las unas a las otras que no es la realidad y que Instagram no es la medida con la que nos tenemos que juzgar. “Canceladx” es un relato de mi cuarentena y el video es un recordatorio para todas y para mí.
Femigangsta fue uno de los veinte proyectos argentinos seleccionados para participar, de manera virtual, en la 32° edición del Mercat de Música Viva de Vic, que se llevó a cabo entre el 14 y el 19 de septiembre. La decisión de anotarse en la convocatoria a este evento catalán no fue de Agnes sino de Alejandro, su representante, pero su alegría cuando quedaron seleccionados fue enorme: “Veníamos en una suerte de meseta cuarentenil, en la que las novedades eran muy pocas, y nos cambió el ánimo”.
—¿Tenés pensado, cuando pase esta crisis sanitaria y económica, viajar a España a presentar tu música y, quizás, empezar a desarrollar tu carrera en los dos países?
—Es mi plan para el 2022. Quiero quedarme un tiempo en España para poder presentar mi disco allá e intentar generar nuevas oportunidades para el proyecto, trabajo para mi equipo, la posibilidad de viajar y recorrer haciendo lo que amamos. Me tomaré el 2021 para terminar mi álbum, que tiene una propuesta más compleja de la que creí en un principio, y cuando todo esté listo lo llevaré en una valijita para allá. Estoy muy entusiasmada con el proyecto España.
Me tomaré el 2021 para terminar mi álbum y cuando todo esté listo lo llevaré en una valijita para España.
—¿Qué tan cercana sos a su movida cultural, seguís a algún artista de allá?
—Estoy a full con las artistas españolas, no sólo con Rosalía, que es lo más evidente que puedo decir porque no es novedad que la amo. Conocí recientemente a Natalia Lacunza y a su preciosísimo EP, y con la insistencia de sus fans en Twitter terminé conociendo a Alba Reche y me encantó. Un descubrimiento personal que me tiene alucinada es Alice Wonder, no puedo creer la voz y la capacidad de transmitir que tiene esa mujer. Y KYNE, por favor, la amo, quiero ser su amiga. Hay muchas personas que muero por escuchar en vivo y por conocer. A Paula Cendejas la amo también.
—En esta era del feat y del trabajo a distancia, en las que salen cada vez más colaboraciones entre artistas de distintas nacionalidades, ¿te imaginás sacando material con alguna de ellas?
—Acá juega mucho mi forma de ser, siento mucha timidez para acercarme. Me encantaría, pero tengo que aprender a encarar. Chicas: escríbanme, las amo.