Santiago Loza –cineasta, dramaturgo y escritor argentino- charló con Revista FlipAr acerca de Matar cansa, la obra de su autoría que actualmente protagoniza el español Jaime Lorente en El Pavón Teatro Kamikaze (Madrid), y de otras producciones en las que ha trabajado durante la pandemia.
Texto: Pilar Muñoz
Foto: Instagram de Loza
A pesar de la pandemia, a fines de septiembre Santiago Loza viajó a España para asistir a la 68° edición del Festival de San Sebastián. Las razones venían por partida doble. Por un lado, se presentaba Edición Ilimitada (2020), una película de autoría colectiva en la que participó. Por otro, se exhibía Nosotros nunca moriremos (2020), el filme de Eduardo Crespo –con quien desde hace tiempo forma un buen tándem creativo-, en la que aportó como guionista.
Con todos los protocolos de seguridad, el cineasta, dramaturgo y escritor argentino pudo disfrutar junto a sus compañeros del encuentro internacional de cine. Sin embargo, su estadía en España podría haberse extendido. Apenas dos semanas después, se estrenaría en Madrid su obra Matar cansa, con el actor Jaime Lorente, conocido a nivel mundial por su trabajo en La Casa de Papel y en Élite.
“Estaba a dos horas en tren, pero me tenía que quedar una semana y había muchos rumores de que se cerraba la ciudad, entonces me volví”, cuenta el autor desde Buenos Aires, minutos antes de empezar la entrevista virtual junto a Lorente y FlipAr. Según explica, la obra iba a estrenarse en marzo, pero tuvo que aplazarse una vez decretada la pandemia.
Con una amplia trayectoria en el mundo artístico, Santiago Loza ha recibido a lo largo de su carrera numerosas distinciones y ha presentado sus producciones en marcos cinematográficos tan importantes como los festivales internacionales de Cannes –donde también ofició de jurado-, Locarno, Berlín o Londres.
Sin embargo, el reconocimiento de Jaime, quien le escribió por Instagram interesado en su trabajo, no dejó de sorprenderlo. “Lo conocía como actor y, en los primeros contactos, sentí que era una persona que tenía intereses y búsqueda muy personales, más allá del lugar que ocupa como figura”, señala, y agrega: “Y alguien vinculado al teatro; eso me pareció súper lindo”.
Sentí que Jaime Lorente era una persona que tenía intereses y búsqueda muy personales, más allá del lugar que ocupa como figura
Tras varios éxitos masivos, el murciano quería volver a sentir ese fuego que sólo las tablas le permiten encender. Fue así que Santiago Loza decidió enviarle el texto de Matar cansa, un unipersonal que había hecho diez años atrás en Buenos Aires, con actuación de Diego Gentile y dirección de Martín Flores Cárdenas.
“Me pareció que le podía funcionar a Jaime, que él lo podía hacer muy bien”, dice respecto a este material que describe como “áspero, complejo de asimilar y espinoso, que se mete en zonas muy oscuras del alma”. Es que la obra se centra en el relato de un hombre que admira y enaltece a un asesino serial.
Matar cansa es un material áspero, complejo de asimilar y espinoso, que se mete en zonas muy oscuras del alma.
Al momento de escribirla, Loza investigó el comportamiento de criminales como Robledo Puch, aunque principalmente le interesó ahondar en quien venera esas oscuridades: “Esa gente que manda cartas a los presos, la figura del fanático y ese vínculo tan extraño entre el admirador y el admirado, cuyos bordes a veces se difuminan”.
Según admite, el autor siempre trataba de escribir sobre buena gente y hubo un momento en el que tuvo miedo de quedar atrapado en la oscuridad. Sin embargo, encontró en esta historia algo que iba más allá de la moral y de la psicología: “Me parecía que había cierta belleza que podía atravesar o perforar la parte más sórdida del asunto”.
Me parecía que había cierta belleza que podía atravesar o perforar la parte más sórdida del asunto.
Si bien no pudo estar en El Pavón Teatro Kamikaze para el estreno de la obra, Santiago Loza vio fragmentos que le fueron enviando y constata que en la actuación de Jaime se ve representada esa fuerza que quiso impregnarle al personaje. Aun así, no pierde las esperanzas de que, en algún momento, la obra pueda hacerse en Argentina, o él pueda verla en España, país con el que tiene un estrecho vínculo profesional.
En 2016, el cordobés estrenó por primera vez en Madrid una obra suya, He nacido para verte sonreír, dirigido por el también argentino Pablo Messiez. Además, ha ido en varias oportunidades a festivales de cine como el de Gijón o el de Huelva, y ha dado talleres teatrales en Valencia. “Siempre ha sido ir y volver, experiencias cortitas, pero está la idea de estar un poquito más y conocer”, explica, y añade: “Se irá dando con el tiempo, en el nuevo futuro”.
A Santiago Loza le cuesta pensar cómo serán las ficciones tras la pandemia: “Creo que va a haber una suerte de olvido operando sobre la cuarentena”. Quizás por eso, o amparado en la idea de que “lo que no se nombra no existe”, es que no hizo alusión directa a ella en el texto de Amor de cuarentena, la novedosa experiencia vía Whatsapp que escribió a pedido de un productor uruguayo.
Creo que en las ficciones que surjan va a haber una suerte de olvido operando sobre la cuarentena.
“Aunque estaba en el título, para mí no era interesante nombrarla”, sostiene acerca de esta historia de amor virtual dirigida por Guillermo Cacace, que se replicó en varios países. En Argentina, el elenco de intérpretes que le pusieron voz fueron Leonardo Sbaraglia, Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Jorge Marrale y Camila Sosa Villada. En la versión española, se sumaron Jaime Lorente y María Valverde.
“Sigo escribiendo, pero con mucha incertidumbre de cómo va a seguir acá, porque los protocolos para filmar o para hacer teatro no están claros todavía”, relata acerca de su rutina de trabajo que, asegura, lo ayuda a mantenerse ordenado en la cotidianidad. Según adelanta, actualmente trabaja para una próxima serie de dibujos animados, lo que da demuestra su versatilidad artística.
Matar cansa, la obra de Santiago Loza protagonizada por Jaime Lorente en El Pavón Teatro Kamikaze de Madrid (España), tiene todas sus funciones programadas hasta el 22 de noviembre con entradas agotadas.