Mientras cumple la cuarentena en un pueblo de Navarra, al norte de la Península Ibérica, el español Carlos Tarque habló en directo con Revista FlipAr acerca de su banda, la legendaria M Clan, de su disco solista lanzado en 2019 y de sus experiencias en Argentina al lado de la banda Guasones.
Texto: Pilar Muñoz
Foto portada: Anita Manez
Carlos Tarque es, para muchos, la mejor voz del rock español. Vocalista y fundador junto al guitarrista Ricardo Ruipérez del grupo M Clan, que lleva casi tres décadas rodando por tierras ibéricas pero que también ha pisado suelo argentino en varias oportunidades –2006, 2012, 2013 y 2016-, el murciano representa un referente para bandas de rocanrol clásico emergentes y para otras ya consagradas.
“El encierro empieza a pesar”, dice el músico desde su confinamiento navarro, y explica: “Es que, españoles y argentinos, somos muy de la calle, de salir y andar por ahí”. En estos días de aislamiento, sin embargo, aprovecha para tocar la guitarra –“estoy intentando aprender, ya a la vejez viruela, como decimos aquí”- y para componer algunas canciones que integrarán el próximo disco de M Clan, cuya grabación prevista para el próximo mes de julio deberá esperar.
El encierro empieza a pesar, somos muy de la calle, de salir y andar por ahí.
Tarque es un artista que, si bien comenzó su carrera musical por las vías del rock más pesado –AC/DC fue la primera banda que escuchó y de Iron Maiden eran las primeras canciones que cantó arriba de un escenario-, a lo largo de los años también incursionó en otros sonidos, como el blues, el country y el folk, inspirado por los músicos norteamericanos.
El cantante de M Clan considera que si sólo se centrara en un estilo se estaría perdiendo de algo: “Siempre hago una analogía entre la música y la comida; yo tengo mis platos favoritos pero eso no quiere decir que no pueda probar los demás para saber si me gustan o no”. El rock, para Tarque, sería el asado, esa comida a la que siempre vuelve.
Sin embargo, cree que aquel Carlos de 16 años, al que sólo le gustaba el heavy metal y el hard rock, hoy se preguntaría: “¡¿Y este tío de qué va, por qué hace esta música?!”. Ese joven de gustos radicales y preceptos punks, dice, seguramente pensaría que está haciendo “música muy comercial”.
Tarque (2019), su primer disco en solitario, es un trabajo que lo conectó con esos primeros años y con su ADN más rockero. “Fue como volver al barrio, viajo por el mundo pero después regreso ahí, donde me siento más yo, aunque eso no quiere decir que no vuelva a viajar”, grafica.
Hacer Tarque (2019) fue como volver al barrio; viajo por el mundo pero después regreso ahí, donde me siento más yo.
Según explica, el rock duro lo conecta con algo muy primitivo y emocional, con sus primeras veces arriba del escenario y esa capacidad de emocionarse que, con el tiempo, quizás un poco se va perdiendo. “Con esos sonidos me dan ganas de romper cristales, de hacer quilombo”, bromea.
Fue esa pasión por el rocanrol más puro la que lo unió a la banda argentina Guasones, con la que M Clan entabló una relación musical que varias veces los llevó a girar por Argentina y otras tantas a recibir a los platenses en sus tierras, forjando así una gran amistad.
“Somos dos grupos que beben del rock clásico de guitarras, básicamente de los Rolling Stones, como tantas otras bandas argentinas pero no como tantas otras españolas”, explica Tarque, y asegura: “Aquí el fervor por los Stones no es tan grande”. Además, hay un paralelismo en sus historias que los hermana: son agrupaciones con más de veinticinco años de trayectoria, a las cuales les costó varios años situarse y lograr una posición destacada en la escena musical de sus países.
En España el fervor por los Stones no es tan grande como en Argentina.
Hoy la situación económica hace que ese intercambio profesional haya frenado porque resulta costoso para ambas. “Estaría bueno que Argentina fuera Francia o que España fuera Brasil”, sueña Carlos respecto a las distancias que los separa e impide que continúen las colaboraciones.
Más allá de Guasones, otro argentino que marcó la carrera de Tarque fue Alejo Stivel, vocalista de Tequila y productor discográfico, con quien M Clan trabajó en varios de sus discos. “Veníamos del blues, hacíamos un estilo de rock sureño”, recuerda acerca de los primeros discos, y agrega: “Era la música que queríamos hacer pero tenía un techo y llegó un momento en el que ya no había más seguidores a los que pudiera gustarle”. Según cuenta, con sus compañeros no querían ser un grupo “de género” sino popular: ansiaban ganar más dinero y poder vivir bien de la música.
En Usar y tirar (1999), el tercer álbum del grupo, Stivel aportó mucho a esa apertura musical que M Clan necesitaba para lograr el éxito masivo. “Más allá de una producción sonora, Alejo hizo una producción intelectual”, sostiene Tarque, y explica: “Nos hizo pensar y nos ayudó a liberarnos de prejuicios y a buscar un sonido en el que pudiéramos estar cómodos”.
Como productor, Alejo nos hizo pensar y nos ayudó a liberarnos de prejuicios.
El resultado del trabajo conjunto fue, según el español, “un exitazo”: “Pasamos de vender diez mil discos a vender trescientos mil y a ser un grupo que tocaba en estadios”. Uno de los temas consagratorios fue “Llamando a la Tierra”, una adaptación al castellano de la canción “Serenade” de Steve Miller Band, que hacía muchos años que quería versionar y con la que logró su primer puesto número uno radial.
Ese cambio de dirección no les gustó a muchos de sus fanáticos de la primera hora, con quienes el grupo tuvo un “tira y afloja”, aunque el tiempo se encargó de poner todo en su sitio: “Ahora estamos en un lugar en el que todos nos sentimos cómodos y nos encontramos”, asegura el cantante.
Aunque hace varios años que no trabajan juntos, a Tarque y Stivel los une una gran amistad y hace poco colaboraron en Ni tan joven ni tan viejo (2019), el disco tributo a Joaquín Sabina, en el que interpretaron “A mis cuarenta y diez”, incluida en el disco 19 días y 500 noches –producido por el argentino-. “La grabamos justo el día que yo cumplía cincuenta y fue muy emocionante”, cierra Tarque.