Viajes Berlier presentará su EP Canciones para el fin del mundo (2021) en la sala Academy de Madrid, el sábado 20 de febrero. Antes del concierto, Juan Antonio Marín (co-compositor, teclista y guitarrista) revela a FlipAr secretos del repertorio, donde la banda emergente madrileña deja claras sus influencias argentinas.
Texto: Paula Ornia
—El próximo sábado Viajes Berlier dará un bolo con dos pases en Madrid y allí podremos escuchar vuestro propio repertorio pero, también, versiones de artistas como Soda Stereo. ¿Cómo os ha influido e inspirado la escena argentina?
—Los dos compositores somos fanáticos de la música argentina. Jaime Buenaventura (vocalista), por ejemplo, es seguidor del rock & roll más salvaje de grupos como Ratones Paranoicos, Viejas Locas, Intoxicados o Andrés Calamaro. Yo, por mi parte, me di cuenta de que quería aprender a tocar el piano cuando vi un concierto de Fito Páez y soy probablemente el mayor fan de Charly García a este lado del charco (de hecho, en el videoclip de “Vida Inteligente” se me puede ver con medio bigote teñido de blanco en honor a mi ídolo). Era cuestión de tiempo rendirle un homenaje a Argentina y a toda esa música que tanto nos ha hecho vibrar. Así que pensamos que nuestro primer concierto sería una ocasión ideal para tocar una versión de Soda Stereo, con todo el respeto y amor que le profesamos.
Era cuestión de tiempo rendirle un homenaje a Argentina y a toda esa música que tanto nos ha hecho vibrar; por eso en nuestro primer concierto tocaremos una versión de Soda Stereo.
—¿Cómo habéis llegado a la música argentina?
—De joven llegué a Fito Páez por un disco que hizo a medias con Joaquín Sabina, Enemigos Íntimos (1998). Cuando lo descubrí, sentí que quería ser como él y me puse a descargar toda su discografía (aún no existía Spotify y, en España, Fito era muy poco conocido para el gran público). Después de bucear por su obra, me enteré de que ese año había publicado el disco No sé si es Baires o Madrid (2008), en el que colaboraba con muchos artistas españoles. Y ese fue el momento en el que dije: vale, quiero ser pianista. Luego a Charly lo conocía de algunas canciones que en España había versionado Miguel Ríos, pero no en profundidad. Un día, quiero creer que por una casualidad cósmica, escuché Clics modernos (1983) y entonces me hice de la religión del Say No More.
—¿Os gustaría ser escuchados por esas tierras?
—Para nosotros, que nuestra música pueda sonar allí sería un sueño. Visitar lugares míticos como el Luna Park es el mayor premio con el que podríamos soñar en nuestra carrera musical, nos haría muchísima ilusión poder hacer una gira por todo el país. De hecho, algunas bandas de aquí con las que nos llevamos muy bien, como Apartamentos Acapulco, ya han probado a viajar allí, con anfitriones de lujo como Él Mató a un Policía Motorizado y Bestia Bebé. Sólo cuentan cosas buenas, así que nosotros también queremos probar en el futuro.
Visitar lugares míticos como el Luna Park (Buenos Aires) es el mayor premio con el que podríamos soñar en nuestra carrera musical.
—En Canciones para el fin del mundo (2021) habláis de varias catástrofes vitales y circunstanciales. Abrís con “El indie ha muerto”, plasmando muy bien la desgana de las víctimas del tiempo y el paso de este en la música. ¿De qué manera habéis sentido que “el futuro os ha arrollado”?
—Como grupo de pandemia, que ha nacido y vivido su primer año durante una crisis global sin precedentes, nuestra visión es que la escena musical se está perdiendo cada vez más y nadie parece hacer nada por arreglarlo. Lo peor es que, antes de que todo esto ocurriese, los festivales eran lugares donde se metía a demasiada gente con la premisa de que fueran a “escuchar música”. Para nosotros, “El indie ha muerto” es darte cuenta de que ya no quieres ir a esos festivales: los mismos grupos se repiten en el cartel uno tras otro y los verdaderos indies (grupos emergentes que están empezando y se auto producen, como nosotros) no tienen oportunidad de tocar ahí.
En los festivales, los mismos grupos se repiten en el cartel uno tras otro y los verdaderos indies no tienen oportunidad de tocar ahí.
—En el proceso compositivo de “Neón”, segundo adelanto del EP, ¿cómo os imaginabais ese “otro lado” al qué preferís huir? ¿Y del que queréis escapar?
—Esta canción está inspirada en una persona muy cercana a la banda que queremos mucho. Su vida es un poco caótica a veces y ese otro lado del que habla la canción puede ser desde varias noches de fiesta sin límites y sin pasar por casa, hasta la propia muerte, que puedes sentir cerca cuando te pasas de la raya.
—“Última llamada” y “Euforia” rematan el disco, haciendo mención a paralelismos de historias de amor con final próximo, toques de frustración y humanidad en momentos de crisis y mentes variopintas. ¿Qué moraleja habéis sacado al poneros en la piel de situaciones tan dispares?
—El amor siempre trae canciones, ya sean de desesperación –como en el caso de “Última llamada”- o de esperanza y luz –como en el caso de “Euforia”-. Nos gusta pensar que ambas tocan el tema del amor de manera tangencial, pero se terminan centrando en otros problemas. Por ejemplo, “Euforia” es el triunfo del amor durante una guerra mundial o una gran catástrofe; una canción que exalta a la gente a luchar por lo que ama, aunque tengan que arder París y Barcelona por el camino. “Última llamada”, por su parte, es un canto a esos pequeños enfados que todos tenemos con nuestra pareja y que pasan a un segundo plano cuando hay una gran crisis, como que explote el sol (tal y como cuenta la canción).
El amor siempre trae canciones, ya sean de desesperación o de esperanza y luz.
—¿Qué más traerá Viajes Berlier este 2021?
—Este 2021 ha empezado genial para nosotros. Nuestro primer EP ya está en la calle y pronto lo lanzaremos en versión física, en un vinilo precioso que ha diseñado el artista Ossobuko. Además, en pocos días estaremos dando nuestro primer concierto, que tanto se ha hecho esperar… Así que parece que 2021 sólo traerá cosas buenas y muchas canciones. Y seguro que también alguna que otra sorpresa…
Viajes Berlier presentará su EP Canciones para el fin del mundo (2021) el sábado 20 de febrero a las 13 y a las 18 horas, en la sala Academy de Madrid. Las entradas están disponibles aquí y aquí.