¡Click acá para suscribirte a nuestro canal y FlipAr con muchísimo contenido exclusivo!
Cosquín Rock España 2023

Cosquín Rock España 2023: una cuestión de actitud

El sábado 17 de junio, La Renga y Skay y Los Fakires representaron al rock argentino en Marenostrum Fuengirola, durante Cosquín Rock España 2023, donde también tocaron los grupos locales Marea y Bocanada.

Texto: Christian Alliana
Fotos: prensa Cosquín Rock

-No entiendo por qué tantas pancartas, tío.
-Mirá los trapos que trajimos, está lleno.
-¡Cómo la lían estos argentinos!
-¡Hicimos el pogo más grande del mundo también acá!

Este es un diálogo que no ocurrió. Pero cada frase por separado sí. Argentinos y españoles vivieron una nueva edición de Cosquín Rock en tierras ibéricas e intercambiaron idiosincrasias y costumbres disímiles. Los argentinos se amontonaron en el campo, frente al escenario, mientras que los españoles prefirieron la tranquilidad de los laterales y las gradas. Los argentinos colgaron banderas en cada rincón; los españoles consumieron sus bocadillos en los distintos food trucks. Sin embargo, a pesar de las diferencias, todos convivieron en rockera armonía el sábado en el Marenostrum, un espacio al aire libre ubicado en Fuengirola, provincia de Málaga.

A diferencia de la primera edición, en 2021, este año Cosquín Rock se concentró en un solo día con una apuesta muy clara: el rock sería el protagonista de la jornada. Ni pop, ni trap, ni rap, ni música urbana ni ningún otro tipo de expresión artística, a diferencia de lo que ocurre con la edición argentina que, año a año, suma nuevas propuestas.

En Fuengirola, el rock dijo presente de principio a fin. El encuentro comenzó con Bocanada, un quinteto navarro de sonido crudo que, a través de once canciones, le fue dando la bienvenida a los primeros en ingresar al recinto.  Desde “Campo a través” y “Como los ratones” -incluidos en su primer disco- hasta “Bocanada” -su flamante último sencillo-, el grupo liderado por Martín Romero recorrió sus dieciocho años de trayectoria ante un sol imponente. 

Pasadas las siete de la tarde, mientras afuera muchos todavía disfrutaban de las playas y el mar Mediterráneo, Skay y Los Fakires salió a escena invocando “La luna en Fez” y, desde el inicio, demostró por qué es una de las bandas que mejor suenan en Argentina. Las metódicas horas de ensayo y los innumerables recitales acumulados convierten a Skay Beilinson y sus laderos en fieles representantes de una tradición rockera argentina que supo ser valorada mundialmente.

En poco más de sesenta minutos, el ex guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota repasó temas editados recientemente -como “Corre, corre, corre” y “Yo soy la máquina”- junto a clásicos de su ex grupo -“Todo un palo” y “El pibe de los astilleros”-. Los acordes iniciales de “Ji ji ji” provocaron que los más rezagados apuraran su ingreso al recinto y desataran el “pogo más grande del mundo”, ahora de este lado del Atlántico. Ya con los ánimos bien encendidos, el riff de “Oda a la sin nombre” preparó el terreno para despedirse y saludar a los que están “Lejos de casa”.

Con el Castillo Sohail -emplazamiento musulmán del siglo XI- como testigo, finalmente llegó el turno de La Renga. La banda oriunda de Mataderos no pisaba suelo español hacía más de diez años y la expectativa era inmensa. Desde bien temprano, sus seguidores se habían hecho sentir a lo largo de todo el paseo costero que bordea el Mar Mediterráneo y le habían puesto color y calor (un poco más aún del que ya hacía) a una zona caracterizada por sus restaurantes y sus numerosos turistas holandeses y británicos. El fernet criollo por un momento le hizo sombra a la reconocida cerveza local y los argentinos -más un numeroso grupo de uruguayos- montaron una previa similar a las que se suelen hacer antes de cada banquete vernáculo.

El comienzo con “Buena pipa” y “Atulado” fue el anuncio de que el concierto tendría un sonido demoledor. Por obvias razones organizativas, el setlist debía ser más corto que de costumbre y por eso La Renga no se anduvo con vueltas. Fue una seguidilla de canciones de todas las épocas que fueron recibidas con una algarabía total. Las banderas pintadas con nombres de ciudades argentinas poblaron el campo y las gradas y flamearon ante cada tema, al tiempo que las voces del público se multiplicaban creando así un solo coro. Chizzo, Tete, Tanque y Manu dejaron “Tripa y corazón” en cada interpretación, recordaron a viejos seguidores en “El twist del pibe”, brindaron con “La balada del diablo y la muerte” y desbordaron el mar con “A la carga mi rock and roll”.

Tan compacto y arrollador fue su show que no hubo espacio para quejas por algún tema que quedó fuera de la lista. Por el contrario, el público agradeció una y otra vez a los integrantes del grupo que hayan visitado suelo español para acercarlos un poco más a su extrañada patria querida. Desde arriba del escenario, el cariño se retribuyó en forma de canciones invocando a ángeles caídos, como “En el baldío”, paseando por galaxias como en “Canibalismo galáctico” y apretando el botón del “Detonador de sueños”.

Chizzo también aprovechó la ocasión para bromear con los modismos españoles y para agradecer al público y las bandas locales, sobre todo a Marea, con quien los une una amistad de varios años. Para el final, “Panic show”, “La razón que te demora” y “Hablando de la libertad” fueron el corolario perfecto de una noche soñada por todos.

Luego de semejante energía, el aire del Marenostrum necesitaba un respiro y, mientras los asistentes rearmaban el escenario, la gente aprovechó el momento para acercarse a los food trucks a refrescarse y comer algunas de las especialidades argentinas y españolas. Es que hasta en eso se buscó la hermandad hispanoamericana: sin dudas, la consigna de la noche fue la de compartir y así lo entendió el público, que tuvo un buen comportamiento. 

Sin embargo, el recreo no fue tan largo. Cuando el reloj marcó las once de la noche, Marea irrumpió con una introducción de música andaluza que dio paso a su hard rock navarro. Casi sin baches entre tema y tema, el grupo liderado por el cantante Kutxi Romero terminó de imprimir la dosis rockera que le faltaba a la noche -si es que esto era necesario-. “Manuela canta saetas”, “El temblor” y “El más sucio de los nombres”, perteneciente a su último disco –Los potros del tiempo (2022)-, fueron algunos de los temas con los que el quinteto cerró Cosquín Rock España 2023.

En tierras ibéricas, el Cosquín recuperó el Rock que acompaña al nombre del festival y, durante más de seis horas, reafirmó ante siete mil personas que el género está más vivo que nunca. La Renga, Skay y Los Fakires, Marea y Bocanada pueden dar cuenta de ello. El público que asistió al Marenostrum Fuengirola, también.