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Marc Seguí - Entrevista FlipAr

MARC SEGUÍ: “Cuando vas a Argentina y la gente canta tus temas te das cuenta de que realmente está pasando”

Antes de su próxima visita a Buenos Aires, Marc Seguí habló con FlipAr acerca de AAAAAA (2023), su nuevo EP, y de su relación con el público y la escena argentina. El músico mallorquín se presentará el domingo 28 de mayo en La Trastienda.

Texto: Pilar Muñoz

Hasta hace poco, el auge del trap y, más recientemente, el resurgir del reggaetón parecía haber teñido, en menor o mayor medida, a toda una camada de jóvenes artistas. La influencia pasatista comenzó a verse,  de un lado y del otro del Atlántico, a todo nivel: en las melodías bailables y extremadamente pegadizas, en las letras sin demasiadas pretensiones y hasta en una estética homogénea, que sigue a rajatabla las coordenadas edulcoradas del estilo Y2K ligado a los años dos mil.

Sin embargo, de a poco, aparecen propuestas que dan indicio de una mayor apertura, en la que no se prioriza solo lo consumible e instagrameable sino, también, el proyecto artístico integral. Esto no se limita a un mensaje o hilo conceptual: implica, además, nuevas búsquedas sonoras y estilísticas. Ese fue el rumbo que, de manera orgánica, tomó la carrera de Marc Seguí, cantante nacido en Palma de Mallorca en 1998, que apareció en la escena pop española hace cuatro años y se convirtió en referente de una generación.

Luego de haber sacado su primer álbum, Pinta y Colorea (2021), el artista isleño entró en una etapa oscura. La recepción de ese disco había sido sumamente positiva: en 2022, por ejemplo, lo llevó a participar de Lollapalooza Argentina y a constatar que su música también se escuchaba al otro lado del mundo.

Sin embargo, eso no impidió que aparecieran los monstruos de la insatisfacción y la inseguridad. Marc Seguí necesitó transformarse y lo hizo a través de un nuevo trabajo. El recién lanzado AAAAAA (2023) es un grito de socorro hecho EP y, sorpresivamente, lleva impronta rockera.

¿Cómo fue el proceso compositivo del material?

–Venía de sacar mi primer álbum y había dejado ahí muchísimas emociones. Estaba pasando una muy mala etapa, tanto personal como musicalmente. No me gustaba absolutamente nada de las canciones que hacía, hasta que encontré el camino: contar a la gente lo que me estaba pasando. Fue un proceso muy duro pero, a la vez, he aprendido muchísimas cosas. No cambiaría por nada del mundo lo que he vivido porque he madurado muchísimo.

¿Qué le dirías a alguien que todavía no ha escuchado AAAAAA acerca de su hilo conceptual?

–Las seis canciones que lo componen engloban un mismo concepto. Quise plasmar cómo viví esa oscuridad, ese momento de estar en el fondo del pozo, donde asoman todas las inseguridades. “Plaza en el cielo” -el primer corte-, por ejemplo, habla un poquito de cuando estás haciendo las cosas mal y crees que las estás haciendo bien; de cuando te autoengañas.

En AAAAAA quise plasmar cómo estar en el fondo del pozo, donde asoman todas las inseguridades.

¿Cómo lo recibió el público?

Siento que la gente se ha conectado muchísimo con el EP y con lo que he querido contar. No lo esperaba tanto porque ha sido un experimento, he cambiado un poquito el estilo y todo lo que venía haciendo, tanto a nivel musical como estético. Estoy muy agradecido con todos los comentarios bonitos que estoy recibiendo.

¿El vuelco hacia el rock tuvo que ver con esas inseguridades artísticas de las que hablabas?

–La primera canción que hicimos, “siemprequieroloquenotengo”, fue como una sesión de terapia. Y cuando contamos lo que realmente quería contar en la canción fue como que surgió una onda más rockera, y entendí que debía ir por ahí. Los artistas siempre estamos en esa continua búsqueda de la innovación y de reinventarnos, pero precisamente en este EP se dio todo de una manera muy natural. Yo he consumido muchísimo rock desde pequeñito.

He consumido muchísimo rock desde pequeñito.

¿Algún referente del género que te haya marcado?

–Si me tengo que quedar con uno, me quedo con Queen, mi grupo favorito. Mi padre me ha puesto todos los discos, he visto la peli ochocientas cincuenta veces y todo tipo de documentales. Me gusta la estética de Freddie Mercury y las locuras que hacían en las canciones: eran capaces, de repente, de meter una hélice de helicóptero en el medio de un tema.

¿Y qué voces actuales estás escuchando?

–De Latinoamérica, ahora mismo estoy escuchando mucho a Álvaro Díaz. De España, Pimp Flaco y su proyecto Cupido, que es muy interesante. Y Sen Senra, que también es muy guay.

A fines de mayo, Marc Seguí volverá a Buenos Aires para presentar,  el domingo 28, su nuevo disco en La Trastienda –tickets disponibles en Tu Entrada-. “Estoy súper contento de volver y hacer por primera vez un show propio ahí”, sostuvo, y agregó: “Encima voy con mi banda, unos musicazos increíbles, y con Xavibo, que es un pedazo de artista y mi mejor amigo”.

¿Cómo es tu relación con el país?

Con Argentina siento una conexión muy especial. Me encanta el acento, la comida, la escena, la ciudad de Buenos Aires… Cuando fui al Lollapalooza el público me acogió súper bien. Llevo tres años en la música y cuando estuve en el festival no sabía lo gigante que era tocar ahí, me di cuenta después. Cuando vas a Argentina y la gente canta tus temas te das cuenta de que realmente está pasando, le pones cara al público. Y luego estuve dos semanas componiendo en Buenos Aires y la gente de la industria también me trató súper bien.

Con Argentina siento una conexión muy especial. Cuando fui al Lollapalooza el público me acogió súper bien.

¿Y cómo se dio tu invitación a Rusherking para colaborar en “360 (Remix)”?

–Rusher es un tipazo, muy buen chaval, y artísticamente es muy capo. El contacto se dio porque él un día subió una historia en el coche cantando “Tiroteo” como un loco y yo le contesté: “Oye, tío, pues justamente voy a sacar un tema y quiero hacer un remix”. Él dijo que le mandara el material y luego vino a España para grabar el videoclip. Estoy súper agradecido con Rusher y con todo el equipo. Fue muy natural, muy bonito, y luego estuvimos ahí tocando en el Luna Park, que también fue una experiencia muy guay.