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Dale Argentina Fest Barcelona - Guasones

Dale Argentina Fest Barcelona: ¡Somos locales otra vez!

El viernes 7 y sábado 8 de julio, el Dale Argentina Fest tuvo su gran debut, con una doble jornada en el Poble Espanyol de Barcelona. Se destacaron la diversidad musical y el buen comportamiento de los nueve mil argentinos presentes.

Texto: Christian Alliana
Fotos: Kevin Burstin

El Poble Espanyol es un recinto ubicado en la zona del Montjuic de Barcelona, que replica ciento diecisiete edificios de toda España. Dentro de él se pueden recorrer sus calles y sentir que se está paseando por Andalucía, Huesca, La Coruña o Girona, entre otras regiones. Será por eso que los argentinos que durante dos días llenaron el Dale Argentina Fest se sintieron tan a gusto ante estas demostraciones arquitectónicas que los conectaron con sus antepasados inmigrantes.

Claro que también ayudó que, a cada paso que uno daba por el predio, aparecía una señal de la cultura argentina: desde los foodtrucks, que ofrecían pizzas -con masa alta y no la finita que se acostumbra a comer por estas latitudes-, empanadas, carne al asador y alfajores, hasta la Asociación de Folklore Argentino en Europa. Y por supuesto la música, nuestra música, que fue la gran atracción del festival.

El viernes por la tarde, la jornada inaugural comenzó con un tributo a Soda Stereo a cargo de Stereotipos, banda que interpretó que ante un Sol imponente temas como “Nada personal”, “Hombre al agua” y “De música ligera”. Inmediatamente después llegó Juanse, quien desplegó un arsenal de clásicos de Ratones Paranoicos. “Sucia estrella”, “Sigue girando”, “La nave” y “Ya morí” fueron algunos de los que sonaron y cobraron más relevancia ya que en el bajo se encontraba Pablo Memi, otro histórico integrante de la banda de Villa Devoto.

El cantante y guitarrista interactuó constantemente con el público e incluso se animó a ir a bailar entre la gente, que aprovechó la ocasión para brindarle todo su calor y sacarse selfies con él. Incluso tuvo el gran gesto de invitar a subir al escenario a un chico, Mauro, que a través de un cartel pedía participar en un tema. Con “Ruta 66”, este fan cumplió su sueño y lo hizo con una gran performance en la guitarra, lo cual fue una gran sorpresa para todos los asistentes.

Cerca de las nueve de la noche, Guasones dijo presente con un tridente rockero: “Como un lobo”, “Farmacia” y “Pobre tipo” fueron las elegidas para el inicio. Su costado cancionero salió a relucir en “Pasan las horas”, “Me estás tratando mal” y “Tan distintos”, ese hit que supieron grabar con Tarque, cantante de la banda española M-Clan. Así la banda de La Plata coronó un set sobrio y elegante, que dejó el escenario listo para el regreso de Divididos a tierras ibéricas después de catorce años.

Luego de la proyección de un video de Ricardo Mollo cantando el Himno Nacional Argentino junto a la Orquesta Filarmónica de Mendoza, la Aplanadora del Rock comenzó su concierto con “Paisano de Hurlingham”, como para resaltar sus orígenes, y enseguida homenajeó a Queen con la introducción de “Another one bites the dust”, que se enganchó a ese funky deforme que es “Sábado”.

Al igual que en su reciente show en el estadio de Vélez, el trío que completan Diego Arnedo en el bajo y Catriel Ciavarella en la batería hizo hincapié en los discos Narigón del siglo (2000), La era de la boludez (1993) y Acariciando lo áspero (1991), de donde rescataron “Cuadros colgados”, en un guiño para los más fanáticos.

Al tratarse de un festival, el repertorio fue apto para todo público y no hubo lugar para las sorpresas. Aún así, la gente que los esperó tantos años por estos lados estuvo más que agradecida y se emocionó junto a Mollo en el tándem “Spaghetti del rock” – “Par mil”, el único momento de la noche en el que aflojó el pogo.

En el medio, hubo recordatorios para Sandro, con la versión de “Tengo”; para Pappo, con “Sucio y desprolijo”; y para Sumo, con “Crua chan” y “Next week”, con la cual cerraron una actuación soberbia que sufrió, como a lo largo de toda la jornada, el punto en contra de un volumen muy bajo debido a restricciones municipales. A pesar de no ser responsabilidad de las bandas ni de la organización, este hecho atentó bastante contra la expresión artística de un género como el rock, ya que el volumen constituye una parte indispensable de su fuerza.

Para el segundo día, este último punto pareció resolverse ya que, luego de la apertura acústica con Conti y Kmila Reynoso, desde el comienzo del show de Coti con “Buenos Aires” el sonido mostró una clara mejoría. Con un sol que parecía derretir el Poble Espanyol, el rosarino sacó a relucir toda su estirpe de hit maker para atrapar al público: se fueron sucediendo “Andar conmigo”, “Otra vez”, “Color esperanza” y “Antes que ver el sol”. Lo mejor de todo fue que el concierto supo sostenerse bien arriba en otras canciones menos populares pero igual de buenas, como “Luz de día” o “¿Dónde están corazón?”, todo acompañado de una banda muy ajustada y rockera que fue de lo mejor del festival.

Acto seguido, fue el turno de otro representante del rock cancionero argentino. Así como Coti es heredero de la línea que marcó Andrés Calamaro, Mateo Sujatovich con Conociendo Rusia sigue la tradición de Fito Páez -su padre Leo supo producir el disco Canciones para aliens (2011) del rosarino- . Recibido con mucho entusiasmo, “La puerta”, “Puede ser” y “A la vez” fueron algunas de las más festejadas por sus seguidores y Juani Agüero, guitarrista de Páez, se sumó como invitado en el poderoso riff de “30 años”.

“No importa donde esté en el Universo, que siempre hay una esquina que me lleva a casa; esa es Cabildo y Juramento para mí”, dijo Mateo al comenzar la canción que da título a su álbum más reconocido, minutos después de haber repasado “Mundo de cristal”, que en su versión de estudio contó con la colaboración del español Leiva. El cierre con “Quiero que me llames” fue el corolario perfecto para un artista que sigue creciendo a paso firme también en este lado del Atlántico.

Cuando la noche ya se había apoderado de Barcelona, Airbag se encargó de que el calor no cesara. La banda de los hermanos Sardelli festejó sus veinte años de trayectoria ante un recinto colmado que rockeó con “Huracán” y “Noches de insomnio”, y cantó a viva voz baladas como “Cae el sol”. Herederos del hard rock de AC/DC y Guns N’ Roses y del punk más melódico, el grupo de Don Torcuato también es un fiel defensor del rock and roll clásico. Por esa razón, no sorprendió que se despacharan con una furiosa versión de “Johnny B. Good” de Chuck Berry y un instrumental que incluyó un fragmento de “Sultans of Swing” de Dire Straits.

El hit “Solo aquí” dio por finalizado su set y, mientras los músicos saludaban a la gente por los parlantes, sonó el tango “Por una cabeza”, en una muestra más de la argentinidad que caracterizó al festival. Esa misma que, pasadas las once de la noche, tuvo como representante de la cumbia villera a Pablo Lescano y sus Damas Gratis, que instantáneamente pusieron a bailar a todo el Poble Espanyol.

A esa altura ya se habían sumado bastantes espectadores provenientes de otros países de Latinoamérica, que gozaron con “No te creas tan importante”, “Mirá cómo está la vagancia” o “La danza de los mirlos”. Durante más de una hora, Lescano dio muestras de todo su oficio con una banda que sabe cómo hacer mover los pies hasta al más apático y que convirtió por un rato a la ciudad condal en una gigantesca bailanta.

Si en algo se destaca el líder de Damas Gratis es en haber logrado que su cumbia traspasara clases sociales y fronteras, algo que quedó bien representado cuando sonó una versión tropical de “Para Elisa” de Beethoven. A esta altura, luego de más de veinte años de reinado en la cumbia villera, si el compositor de música clásica viviera seguramente no podría resistirse a tirarse unos pasos con Lescano.